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Mártir del Matrimonio

El santo Patrono de políticos y gobernantes, san Thomas Moore, nació en Londres en 1478. Estudió leyes, literatura clásica y teología en Oxford y en Londres, donde también escribió, en 1516, su libro Utopía en el que presenta una comunidad ficticia con ideales filosóficos y políticos muy diferentes a los de su tiempo.

En 1505 se casó con Jane Colt, con quien tuvo cuatro hijos. Ella murió seis años después, en 1511, y él estableció un segundo matrimonio, con Alice Middleton, viuda y madre de una hija. En ambos matrimonios, Thomas siempre se condujo con fidelidad y se empeñó en la educación académica, intelectual, moral y espiritual de sus hijos.

En 1504, bajo el reinado de Enrique VII, fue elegido Miembro del Parlamento inglés. Años después, el rey Enrique VIII lo confirmó en el cargo y además lo nombró representante de la Corona en Londres, con lo que inició una brillante carrera política. Como hombre de confianza del Rey, sirvió en diversas misiones diplomáticas y comerciales en Flandes y en territorios de Francia. Por sus méritos fue nombrado miembro del Consejo de la Corona, Juez presidente de un tribunal, Vicetesorero y Caballero. En 1523 llegó a ser Portavoz de la Cámara de los Comunes. En 1529, en un momento de crisis política y económica del país, el Rey lo nombró Canciller del Reino, convirtiéndose así en el primer laico en ocupar el cargo, al que en 1532 se vio obligado a renunciar debido a las pretensiones del Rey de asumir el control de la Iglesia en Inglaterra. En consecuencia, Enrique VIII ordenó encarcelarlo en la Torre de Londres donde fue presionado a prestar juramento de fidelidad al Rey, pero él venció toda forma de presión fiel a sus principios, creencias y valores cristianos.

Durante el proceso jurídico en su contra, Thomas Moore pronunció una apasionada apología sobre la indisolubilidad del matrimonio, el respeto del patrimonio jurídico inspirado en los valores cristianos y la libertad de la Iglesia ante el Estado. Murió condenado a decapitación el 6 de julio de 1535 a pesar de la alta estima en que siempre lo tuvieron tanto la Corona como el Pueblo de Inglaterra. Fue beatificado en 1886, canonizado como mártir en 1935 y declarado Patrono de políticos y gobernantes por el papa san Juan Pablo II, el 31 de octubre del año 2000.

El contexto histórico en el que se desenlazaron los acontecimientos que llevaron al martirio a san Thomas Moore son responsabilidad del rey Enrique VIII, quien nació en 1491 siendo el segundo hijo del rey Enrique VII, y quien a la muerte de Arthur, su hermano mayor, se convirtió en el heredero al trono, al que ascendió en 1509 a la edad de 17 años tras la muerte de su padre el rey. Por razones políticas y económicas tuvo que casarse con la viuda de su hermano, Catalina de Aragón, con quien intentó procrear un hijo varón que lo sucediera en el trono, sin conseguirlo.

En 1522 se sumó a la Corte de la reina Catalina, una mujer de la nobleza inglesa, educada en Francia, de nombre Anne Boleyn. El rey, enamorado de ella, solicitó al papa Clemente VII la declaratoria de nulidad de su matrimonio con Catalina de Aragón bajo el argumento del parentesco previo que hubo entre el rey y la esposa de su hermano, a lo que el Papa se negó por no existir elementos disolutorios ni causales de nulidad del Sacramento. En consecuencia, Enrique VIII deshizo las relaciones con la Santa Sede, rompió la comunión con el Obispo de Roma y nombró un nuevo arzobispo de Canterbury para que declarara nulo su matrimonio a fin de poder coronar como nueva reina a Anne Boleyn. Con esto, el rey incurrió en apostasía y en cisma, por lo que el Papa le expidió una bula de excomunión. Por su parte, el Rey formalizó el rompimiento con la Iglesia católica de Roma mediante el Acta de Supremacía -de 1534- con la que se declaraba la independencia de la iglesia anglicana y se erigía al Rey de Inglaterra como su única cabeza. Concretado el cisma, Enrique VIII disolvió las órdenes religiosas e incautó sus bienes. Los católicos ingleses que permanecieron fieles a la Sede apostólica de Roma fueron perseguidos como traidores a la Corona inglesa, torturados y ejecutados en las plazas públicas de Londres.

Así fue cómo, entre las víctimas del protestantismo inglés, murió san Thomas Moore, ejecutado por órdenes del Rey, por su firmeza en defender la indisolubilidad del sacramento del matrimonio, un hombre, este santo, a quien la Iglesia le debe todavía el título de “Mártir del Matrimonio”.

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