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Previsiones para 2017

Los días 4 y 5 de enero sería mejor olvidarlos, pero no es posible ni conveniente olvidar esos actos vandálicos perpetrados en disturbios y saqueos, bajo una torcida estrategia de generalización del miedo, porque son actos que evidenciaron una realidad de violencia estructural que se padece en México, una violencia que viene expresándose desde hace varios años en diversas regiones del país y que es provocada por el crimen organizado y desorganizado pero principalmente por un proceso de degradación social y de decadencia moral.

En 2017 para México se juntaron, la inestabilidad en las relaciones con Estados Unidos y la incertidumbre en la continuidad de tratados de comercio exterior, con la violencia interna que provocan y sufren los propios mexicanos. Es un escenario que se presenta sin esperanza de composición y con la aguda certeza del crecimiento de la violencia.

Adicional a estos hechos deleznables, la nueva Constitución que se prepara para la ciudad de México no reconocerá el derecho a la vida que toda persona tiene desde antes de nacer. Así, a la violencia existente, se sumará una violencia institucional, carente de toda moral, en contra del más débil de todos los mexicanos: el que está por nacer.

No solamente México, prácticamente en todo el sub-continente latinoamericano se encuentran factores comunes de crisis y desestabilización como devaluaciones, incremento en los precios de combustibles, inflación, pérdida del poder adquisitivo, división social, desigualdad, pobreza, corrupción, crimen organizado y violencia, que aquejan a prácticamente toda la región.

Ante estos hechos innegables, es necesario conocer el fondo de este deterioro moral, desarrollar una mayor sensibilidad social y exigir a las autoridades dialogar con la sociedad. Para ello se requiere del interés y de la valentía de todos para atrevernos a cambiar las malas prácticas de nuestros gobernantes, de las que somos cómplices con nuestra indiferencia y con el voto ejercido más por intereses personales que por el bien social y por la recuperación del orden moral.

El deterioro social de los últimos años es consecuencia de la suma de una serie de proyectos moralmente fragmentados y de políticas que atentan contra la moral y la familia. En la ciudad de México la decadencia moral se ha disparado a partir del ejercicio del poder en manos de gobernantes progresistas y corruptos.

A la decadencia moral y degradación social de los mexicanos han venido a sumarse serios problemas en la política exterior con los Estados Unidos y en la economía, por lo que el año será complicado con un crecimiento económico previsible como el de una situación semejante a la de una recesión, al menos durante la primera mitad del año. Los incrementos a los precios de gasolinas, electricidad, gas Natural y LP, combinados con el incremento al salario del 9.5% y la devaluación del peso, coinciden para generar una burbuja inflacionaria para los próximos meses, inflación que podría rebasar el 5%. El dólar norteamericano se mantendrá fuerte frente a todas las monedas, el Euro podría tocar niveles de uno a uno con respecto al dólar, y el valor de la moneda mexicana llegará a estar por arriba de los 24 pesos por dólar, y tal vez hasta 25.

Es previsible que la inseguridad en México se incrementará ante una mayor repatriación de trabajadores migrantes y el bajo crecimiento de la inversión en las empresas. La inseguridad, la burocracia y la corrupción seguirán siendo los principales obstáculos para la expansión de la economía. La crisis económica, junto a la inseguridad y corrupción, podrían hacer que López Obrador, apoyado por Carlos Slim, terminara el año en el primer lugar de preferencias electorales para 2018, con amplia ventaja sobre sus contendientes, cosa que afectará seriamente la confianza económica de los inversionistas y la fuga de capitales provocando una crisis todavía mayor para el próximo año.

A los problemas nacionales podría sumarse una hostilidad militar entre Estados Unidos y China como consecuencia de que Donald Trump calificara a China de manipulador de su divisa para imponerle un arancel del 45% a sus mercancías; China respondería con el establecimiento de aranceles elevados a los productos norteamericanos y con la nacionalización de inversiones de empresas americanas. Irán podría cancelar el acuerdo nuclear con Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y Rusia ante las agresiones estadounidenses; regresarían las sanciones y crecería la tensión geopolítica en la zona. Es innegable la presencia del riesgo de atentados contra Donald Trump por su odio racial hacia los musulmanes y la afectación de grandes intereses mundiales.

A los mexicanos creyentes nos queda la esperanza de la oración, pero también es preciso actuar, pues urge rescatar la moral como un deber prioritario de nuestra sociedad.

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