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Tuitio Fidei

Por Roberto O´Farrill | Con la renuncia de Fra Matthew Festing al oficio de Gran Maestre de la Soberana, Militar y Hospitalaria Orden de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, el papa Francisco recibió el obsequio de una orden religiosa de la Iglesia que desde sus orígenes, en el año 1099 y su fundación en 1113, se ha caracterizado por su fidelidad incondicional al Romano Pontífice.

El Gran Magisterio de la Orden dio a conocer el anuncio la mañana del miércoles 25 de enero de acuerdo con el artículo 16 de su Constitución y Código, que a la letra establecen: “La renuncia al oficio de Gran Maestre debe ser aceptada por el Soberano Consejo y comunicada, so pena de ineficacia, al Santo Padre”. El Soberano Consejo fue convocado inmediatamente por Fra Festing para que el 28 de enero aceptara su renuncia formal.

El Gran Maestre de la Orden de Malta “es elegido de por vida por el Consejo Pleno de Estado entre los Caballeros Profesos con diez años al menos de Votos Solemnes” (Art. 13), “le corresponden las prerrogativas y honores soberanos y el título de Alteza Eminentísima” y una vez que sido elegido “a la dignidad de Gran Maestre, tras haber comunicado al Santo Padre la elección, presta juramento ante el Cardenal Patrono” pronunciando las siguientes palabras: “Yo… me prometo solemnemente y juro por este Sacratísimo Madero de la Cruz y por los Santos Evangelios de Dios, observar la Carta Constitucional, el Código, las reglas y laudables costumbres de nuestra Orden, y regir en conciencia su actividad. Que Dios me ayude y si no lo cumpliere, sea en peligro mi alma” (Art. 14).

El Delegado de Comunicaciones de la Orden, Eugenio Ajroldi di Robbiate, informó que la víspera del anuncio de su renuncia, el martes 24 de enero el Gran Maestre se reunió con el papa Francisco “quien le pidió que renunciara” e indicó que Fra Festing “aceptó en todo momento cooperar con el Pontífice, por lo que estuvo de acuerdo en renunciar”. Este es el obsequio de la Orden, el sacrificio de su Gran Maestre, quien así dio cumplimiento en su propia persona al principio que rige el espíritu de la Orden: Tuitio Fidei et Obsequium Pauperum (Defensa de la Fe y atención a los pobres).

De esta manera, la crisis entre la Santa Sede y la Orden de Malta llegó a su punto más alto tras el comunicado del 22 de diciembre en el que la Santa Sede anunció la constitución de un grupo de cinco personas con el encargo de investigar las razones de la sustitución del anterior Gran Canciller de la Orden, Albrecht Freiherr von Boeselager.

En respuesta, y en atención al juramento que pronunció el día de su elección, el Gran Maestre hizo válida la soberanía de la Orden mediante un comunicado en el que refiere que “En relación con las actividades del Grupo nombrado por la Secretaría de Estado del Vaticano, el Gran Magisterio de la Soberana Orden de Malta considera adecuado reiterar que la sustitución del anterior Gran Canciller ha sido una actuación interna del gobierno de la Orden. Por lo tanto, en espera de la irrelevancia jurídica del Grupo y de sus actos en el campo de ordenamiento jurídico melitense, la Orden de Malta ha considerado que no debería colaborar con él, con el fin de proteger la soberanía de la Orden con respecto a las iniciativas contra iniciativas que dicen tener por fin cuestionar objetivamente (lo cual, independientemente de las intenciones, revela su irrelevancia jurídica) o incluso limitar, dicha soberanía” y explica: “La falta de cooperación con el Grupo tiene motivos estrictamente legales; no es, y no puede de ningún modo ser considerado una falta de respeto al Grupo, o a la Secretaría de Estado del Vaticano. La posición del Gran Magisterio es que las declaraciones que miembros individuales puedan considerar hacer ante el Grupo no podrán, ni en sus términos ni en sus opiniones, ser contrarias, directa o indirectamente, a la decisión del Gran Maestre y del Consejo Soberano respecto a la sustitución del Gran Canciller”.

Tras su renuncia, el papa Francisco expresó a Fra Festing su “aprecio y reconocimiento por los sentimientos de lealtad y devoción hacia el Sucesor de Pedro y la disponibilidad para servir humildemente al bien de la Orden y de la Iglesia” tal y como lo dio a conocer la Sala de Prensa de la Santa Sede el mismo miércoles 25 de enero.

De esta manera, quedaron salvaguardadas la autoridad apostólica de Francisco y la fidelidad de la Orden de Malta, demostrando así, una vez más, su fundamental razón de ser: la Tuitio Fidei.

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