Por Josefa Morales de Santiago |
Acabado el Congreso del PP, Rajoy afirma que “el aborto es un fracaso de la sociedad”, por lo que hay que facilitar «la más completa información».
Es cierto que no hay información. Para crear desinformación, se ha manipulado (falsificado) el lenguaje con términos que tapan la realidad vergonzosa y horrenda del aborto. Se ha vendido como “interrupción voluntaria del embarazo” y como “salud sexual y reproductiva” (muchos políticos, para obtener subvenciones, firman, en la ONU, el compromiso de implementar esas políticas en sus países, y después descubren de qué se trata).
El aborto es parte integrante de la “ideología de género”, que intenta “desmaternizar» a la mujer. Esa ideología se extiende por el mundo entero y la imponen gobiernos e instituciones, porque hay dinero por medio.
Se produce la paradoja de democracias dictatoriales. Antropológica y socialmente hablando, es una ideología dañina, un desorden mental y moral de primera magnitud. La palabra “género” la utilizan las feministas radicales, y encierra la descabellada idea de que los roles del hombre y la mujer no son naturales sino el resultado de la historia y de la cultura.
Como es contraria a la evidencia, la imponen por fuerza de ley. No respetan ni siquiera el deber y derecho de los padres de proteger, a sus hijos, de la colonización mental de esa ideología perversa que hace chirriar el sentido común y cuya enseñanza se impone en los mismos colegios.