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Criterios humanos y divinos

El apóstol Pedro recibió la más áspera reprensión de todo el Evangelio: “Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar, tú piensas como los hombres, no como Dios”.

La palabra del Señor es singularmente dura. Muestra que el asunto es muy importante para Él. Su camino lo va a conducir al Gólgota, según la voluntad del Padre. Y si Pedro se lo quiere impedir, Jesús tiene que rechazarlo, porque Pedro no piensa con criterios sobrenaturales, sino con criterios meramente naturales.

El hombre moderno, cuando reflexiona, se inquieta y hasta se angustia frente al mundo. Aunque cada vez lo comprenda y domine más, sigue siendo incapaz de darle un sentido. Sólo el cristiano, con la fe, penetra el misterio del mundo. Desde la Encarnación, cada cosa, cada acontecimiento, cada persona tiene un doble aspecto: uno terrestre y otro celestial. Sólo el cristiano puede contemplar el universo y la humanidad en toda su verdad. Sólo él posee la fe, esta doble visión que le permite penetrar el mundo en su totalidad. Por la fe cambiamos nuestra miopía por la mirada misma de Dios.

Si supiéramos contemplar la vida con los ojos de Dios, veríamos que en el mundo no hay nada profano, sino que todo tiene su sentido y su misión en la construcción del Reino de Dios. Entonces comprenderíamos que todo no es más que una gran marcha de los hombres y de todo el universo, hacia Dios.

Si hubiéramos purificado suficientemente nuestra mirada, el mundo dejaría de ser un obstáculo para nosotros. Sería, por el contrario, una exigencia continua de trabajar para el Padre, a fin de que su reino se realice en la tierra.

Pero, ¿para cuántos la fe es esta luz que ilumina toda la vida y la orienta hasta en sus más pequeños detalles? A decir verdad, todos nosotros estamos, permanentemente, en peligro de ver el mundo, los acontecimientos, la vida, sólo con nuestros miopes ojos naturales

Nos parece que Dios no habla el mismo lenguaje que nosotros. Por eso nos resulta tan difícil comprenderlo. Dios no tiene las mismas ideas, ni la misma mentalidad, ni los mismos criterios que nosotros.

Por eso, resignémonos a ser transformados en nuestra manera de ver las cosas. Si queremos perfeccionarnos y perfeccionar nuestra vida, no estemos contentos con la miopía del hombre. Encontremos a Cristo, unámonos con Él: y procuremos pensar como Él, ver como Él, vivir como Él. Él nos dará su mirada y así conoceremos mejor el verdadero sentido del mundo, de la vida, de los acontecimientos.

Esto es precisamente lo que nos exhorta San Pablo: “No os ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto”.

Pero, a pesar de todos nuestros esfuerzos, seguiremos en esta tensión permanente entre la esperanza humana y divina, entre el pensar natural y sobrenatural. La misma tensión la sufren, con toda su carga, los profetas, tienen que predicar el mensaje, los designios, la voluntad de Dios. Pero el pueblo no lo comprende, ni lo quiere escuchar.

Así sucede con todos los que no quieren establecerse definitivamente en este mundo, ni adaptarse a la voluntad de la mayoría. Así nos va a suceder, si resistimos al conformismo de nuestro tiempo, si vamos contra la corriente de la propaganda y de la opinión pública.

Y así sucederá, sobre todo, si nos decidimos plenamente por Cristo y le seguimos fielmente en su camino. Porque no existe imitación de Cristo sin cruz. El Evangelio nos lo recuerda: “El que quiera venirse conmigo que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”.

Pero, al mismo tiempo, Jesús nos promete también una recompensa infinita: “El Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta”.

Por Padre Nicolás Schwizer

 


 

Homilías del Padre Nicolás del mes de septiembre 2017

Domingo 03 de septiembre de 2017 – 22º del tiempo ordinario – Criterios humanos y divinos http://homiletica.org/nicolasschwizer0022.pdf y http://es.catholic.net/escritoresactuales/854/1703/articulo.php?id=37650

Viernes 08 de septiembre – Natividad de la Virgen María http://homiletica.org/nicolassch/nicolasschwizer0059.pdf y http://es.catholic.net/escritoresactuales/854/1703/articulo.php?id=38618

Domingo 10 de septiembre de 2017 – 23º del tiempo ordinario – Amor y ley; responsabilidad para con el hermano http://homiletica.org/nicolasschwizer0023.pdf y http://es.catholic.net/escritoresactuales/854/1703/articulo.php?id=37652

Domingo 17 de septiembre de 2017 – 24° del tiempo ordinario – Perdón humano y divino http://homiletica.org/nicolasschwizer0024.pdf y http://es.catholic.net/escritoresactuales/854/1703/articulo.php?id=37653

Jueves 21 de septiembre – San Mateo apóstol http://homiletica.org/nicolassch/nicolasschwizer0096.pdf y http://es.catholic.net/escritoresactuales/854/1703/articulo.php?id=39686

Domingo 24 de septiembre de 2017 – 25º del tiempo ordinario – Justicia , gracia de Dios http://homiletica.org/nicolasschwizer0025.pdf y http://es.catholic.net/escritoresactuales/854/1703/articulo.php?id=37654

Viernes 29 de septiembre de 2017 – Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

San Miguel arcángel. http://es.catholic.net/escritoresactuales/854/1703/articulo.php?id=41995 y http://homiletica.org/nicolassch/nicolasschwizer0148.pdf