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¿Es la hora de los Laicos?

Después de algunos meses del terremoto que sacudió nuestro país y que dejó devastadas algunas regiones, se sigue sintiendo la necesidad de ayudar a nuestros hermanos en desgracia y donde no sólo la cuestión física es importante.

Hemos visto también qué hay personas que han querido ayudar de forma más directa y han salido dañados por gente que no tiene conciencia y lucra con la necesidad de los más desamparados.

Ante este panorama me hago esta pregunta ¿qué lugar debemos tener los laicos? ¿Qué nos toca hacer para mejorar la situación actual de nuestro México?

San Juan Pablo II nos dedica, desde hace muchos años, una encíclica completa para definir nuestra misión. En la Christi Fidelis Laici encontramos con claridad líneas concretas de acción pero ¿La hemos leído? ¿Por lo menos sabíamos que existe?

Se que es muy difícil que todos podamos estar al día en la lectura de los documentos y el magisterio que la Santa Madre Iglesia tiene, por eso aquí les dejo mis 5Tips para trabajar en la Iglesia como laicos en familia.

PRIMERO. Conoce lo que la Iglesia necesita de ti.
Si nos damos tiempo de leer un poco la encíclica, San Juan Pablo II nos pide que nos involucremos más en la vida de la Iglesia.

No debemos buscar tener un lugar que no nos toca, solo es necesario saber que tenemos misiones que sólo nosotros podemos realizar.

No podemos sentirnos sacerdotes y querer hacer lo que el sacerdote debe hacer, pero si debemos realizar las funciones que Dios nos ha encomendado.

Y principalmente debemos involucrarnos en la ayuda a la parroquia y a ayudar a las necesidades de los sacerdotes.

Y ahora que nuestros hermanos están con gran necesidad de apoyo podemos organizarnos para coordinar los esfuerzos de ayuda, siempre bajo el amparo y dirección del sacerdote.

SEGUNDO. Pongamos nuestros talentos al servicio de los demás.
Dios nos regaló talentos no para que seamos más que los demás, sino para que los pongamos al servicio de los demás.

Como dice la parábola, si solo los guardamos, Dios nos pedirá cuentas y no le va a gustar lo que viciemos con ellos.

Por eso es necesario que cooperemos con lo que si sabemos y podemos hacer.

Siempre es mejor que nos caractericemos por ser serviciales y por ayudar a los demás, que por ser egoístas y llevar solo agua a nuestro molino.

Si Dios nos ha dado la capacidad de organizar, pues colaboremos con la organización de eventos en la parroquia o para recolectar ayuda para los damnificados. Si Dios nos dio la capacidad de enseñar pues es genial que nos pongamos al servicio de quienes no saben pero quieren aprender.

El punto está en nuestra actitud de servicio y ayuda al prójimo.

TERCERO. Que tú hijos vean colaboras con Alegría.
La Alegría es el sello de Jesús en tu vida por eso es súper importante ser alegres y contagiar esa alegría a los que nos rodean.

Si nuestros hijos ven que cooperamos pero nos quejamos de todo, por supuesto que los no estarán dispuestos a ayudar, pero si ven que lo hacemos con gusto y con Alegría, ellos también se contagiarán de esa alegría y estarán dispuestos a ayudar y de poner sus talentos al servicio de los demás.

Una buena forma de contagiar esa alegría es reflexionar con nuestros hijos la bendición que es poder ayudar a los demás.

Con mis hijos, desde antes de comenzar una jornada de ayuda la ofrecemos y le pedimos a Dios que por los méritos de esa ayuda, las almas del purgatorio sean ayudadas también.

Esto les ha hecho un sentido de solidaridad y ahora mismo están organizando acciones para ayudar a los demás.

CUARTO. El Papa recomienda menos clericalismo.
Este punto es muy importante, ya que debe haber un daño equilibrio.

Ni el padrecito debe tener clericalismo, ni los laicos se deben sentir Obispos o sacerdotes.

Cada quien tiene sus roles y son insustituibles, pero si es importante que los pastores permitan a su rebaño estar cerca y ayudarles en sus necesidades y cooperar para lograr el fin común que es llevar a Cristo a más almas.

De esta forma ya no tendríamos sacerdotes que se sienten pulpos, ni laicos que se sienten dueños de la iglesia solo por la antigüedad que tienen.

Y QUINTO. Más jóvenes y más mujeres.
La participación de los jóvenes es vital. No por nada se ha declarado un año de la juventud!!!

Para gloria de Dios, los jóvenes también se van integrando más y más a la vida activa de la iglesia pero es necesario que los contagiemos más de esa Alegría que solo Dios da.

En cuanto a las liberes, Jesús fue el primero en darnos el lugar que nos corresponde, sin sentirnos más pero tampoco menos.

La mujer, a ejemplo de Maria, tiene un papel importantísimo en la Iglesia, debe acompañar y cuidar de los sacerdotes y del pueblo de Dios.

Por supuesto que podemos cooperar con las labores administrativas de la parroquia o de algún movimiento, pero no debemos olvidar que la misión de ser madre y maestra ora muchos nos la hereda Maria Santísima en la Iglesia y de la Iglesia a nosotras.

Por eso, debemos enseñar a nuestras hijas a trabajar y cooperar desde el lugar que corresponde en la liturgia de la iglesia.

Debemos pedirles a nuestras hijas que se involucren en la vida activa de la Iglesia y que cooperen poniendo sus talentos en beneficio de los que más lo necesitan.

Pongamos manos a la obra para seguir construyendo la civilización del Amor aquí en la tierra, primero, y después en el cielo.

Y por último, no tengamos temor de acércanos a ayudar y llevar a nuestros hijos, eso es normal y así debe ser por dos motivos.

Primero para que ellos aprendan cooperar y a vivir en la dinámica de la Iglesia y Segundo, para que la comunidad reciba el testimonio de que la Cid familiar es hermosa y de que aún hay familias que estamos dispuestas a dejar el yo para ir al tú y ver cómo te puedo ayudar.

Si tenemos dudas podemos hacernos la pregunta ¿Cómo actuaría Jesús en esta situación? Y ese debe ser nuestro modelo a seguir.

Que todo sea para la máxima gloria de Dios.

Por Silvia del Valle
@SilviaMdelValle
@TipsMama5Hijos