La “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España” es uno de los libros más notables de la literatura universal y base de múltiples obras históricas respecto al tema; fue escrita por “Bernal Díaz del Castillo” soldado de Hernán Cortes, o sea que fue testigo y participe activo de las primeras acciones de la conquista española de lo que es ahora México.
Bernal nos dice que siendo poco culto se atrevió a escribir su amplio relato en vista de las exageraciones y mentiras de los cronistas de aquella época “Lo mismo les daba decir cincuenta mil que cinco mil”; ya entonces se manipulaban las noticias y rumores, en pos de objetivos sensacionalistas y otros fines como el alimentar la, desgraciadamente popular ayer y hoy, morbosidad del público, o agradar a intereses políticos, Etc.
Lo anterior acontecía en esa época 1565 y ahora 2018, nada más que en estos tiempos está “corregido y aumentado” por los medios masivos de comunicación (Redes sociales, Internet, TV, Radio, prensa, Etc.) abundan los voceros del desastre, los mal intencionados y los irresponsables; la difamación y las mentiras basadas en rumores y “verdades a medias”, que las hacen las mentiras más creíbles, son “el pan nuestro de cada día”.
En estos momentos tanto Su Santidad el Papa Francisco como nuestra Iglesia Católica, son el blanco favorito, de las noticias, rumores y platicas nocivas, estimuladas por los enemigos del Catolicismo y, desgraciadamente, también por los malos católicos llamados anticlericales (muchas veces no malos sino irresponsables e irreflexivos).
Cuantos feligreses hemos y estamos perdiendo en México a consecuencia de estas comunicaciones tendenciosas, por llamarlas de alguna manera; sobre todo jóvenes y padres de familia de mediana edad, (en Europa ya han sido cerrados muchos templos por falta de feligreses). Hay que reflexionar seriamente, “hacer conciencia”, difundir que aunque es innegable los grandes errores y pecados de algunos clérigos de hoy y de antes, no son, ni mucho menos los mas, que hay y ha habido siempre malos y buenos, muy malos y muy buenos católicos, que nuestra Iglesia sigue siendo Santa por ser la institución fundada por Jesús y regida por El mismo, el único Dios; pero también es Humana con todos los defectos de nosotros los humanos; que la Iglesia somos todos los bautizados, no solamente los frailes y las monjas; que debemos ejercer un nuevo y actual apostolado ocupándonos mucho mas de esto.
Por Arturo D’acosta Esquivel