LA
CLONACIÓN HUMANA ES UNA MONSTRUOSIDAD
Los
Laboratorios ACT de Massachsetts (EE.UU.) han logrado por primera vez
clonar embriones humanos. Como la clonación humana tiene mala prensa
dicen que se trata de una clonación terapéutica, no reproductiva.
Pero
si, en la clonación, a un óvulo femenino se le implanta un núcleo
distinto del suyo, aparece un nuevo genoma humano. El embrión está
revestido de la dignidad humana y enriquecido con el gran don de la vida
que brota de las manos de Dios. Por lo tanto aparece un nuevo ser
humano.
Ángelo
Serra, genetista del Instituto Gemelli de la Universidad S.C. de Roma
dice que el óvulo fecundado (cigoto) "es el principio del nuevo
organismo, que se encuentra al inicio de su ciclo vital. (...) Desde el
momento de la fusión de los dos gametos [fecundación] cada embrión
mantiene su propia identidad e individualidad durante todo el
desarrollo. (...) Por tanto el embrión es desde el primer momento un
individuo humano real, no un individuo humano potencial. (...) Se le
debe atribuir el "status" de persona, titular de plenos
derechos humanos. (...) El ciclo vital de cada ser humano se inicia
cuando los gametos se funden [fecundación] (...) El derecho a la vida
del embrión no debe ser interrumpido" (ver bioeticaweb)
Por eso el Vaticano está en contra de la clonación de embriones
humanos. Además, las células madre para uso terapéutico se pueden
obtener de tejidos adultos.
Es
una monstruosidad engendrar seres humanos como almacén de piezas de
recambio para trasplantes, y después destruirlos.
A
los que defienden la clonación de embriones humanos, yo les
preguntaría: ¿aceptaría Vd. ser almacén de piezas de recambio para
trasplantes a otros a costa de su vida? No es lícito matar a unos para
que vivan otros.
El
problema es, ¿qué se hace con los embriones congelados? En primer
lugar, nunca debieron engendrarse. No hay derecho a engendrar "in
vitro" varios seres humanos para después sacar adelante sólo uno
y destruir los demás. Pero una vez engendrados habría que procurar
sacar adelante todos y buscarles padres adoptivos. Pero no hay derecho a
condenarlos a muerte, pues son seres humanos inocentes.
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