Home > Análisis > Categoría pendiente > Dos llamadas, un solo mundo

Dos llamadas, un solo mundo

Image Una anécdota aislada no es representativa, pero nos sirve como enseñanza de que hay otros mundos, pero están en éste. Como Alejo Carpentier  explicaba: “Los mundos nuevos deben ser vividos antes de ser explicados”.

Fue con apenas cinco minutos de diferencia, el pasado domingo a primera hora de la tarde. En un parque, un adolescente con su madre hablaba. Poco más  allá, junto a la estación del metro una chica con su padre charlaba. Él, por el móvil; ella, desde una cabina abierta. Él, impertinente; ella, modosa.

Nada tenían que ver, el uno con la otra. Él, en grupo y rodeado de tres amigos. Ella, sola, buscando la intimidad que una calle de paso nunca ofrece. Él exigía a “su ama”, le reclamaba más paga; ella, preguntando a “su papito”, se interesaba por la familia y por la casa.

Él era delgado, de tez blanca y parecía nacido en la abundancia. Ella, morena y guapa, con voz mansa, venida de ultramar como la brisa salada. Él chillaba, porque quería más dinero y discutía en voz alta. Ella se excusaba, muy educada, porque “este mes no había podido enviar más plata”. Dos realidades conviviendo, tan lejanas y… tan cercanas.

Mikel Agirregabiria Agirre (España)