En Ciudad Juárez, algunos sacerdotes no solo se dedican a actividades de una pastoral tradicional, sino que, tras un proceso de entrenamiento y acondicionamiento físico, se dedican al popular espectáculo de la lucha libre.
Rudos y técnicos
Este es el caso de El Fariseo, El Siervo, El Ángel Negro, entre otros presbíteros e incluso un seminarista. Su historia la cuenta El Norte digital. En este grupo de sacerdotes se da la división en «rudos» y «técnicos». Entre los primeros se encuentran: Ángel Negro, Fariseo, Jinete Negro y Ropavejero. Entre los segundos, luchadores como: Siervo, Apóstol, Hijo de la Luz y Palomo.
Realizan este espectáculo deportivo no sólo para entretener a la gente, sino para mostrar que en estos espacios se puede encontrar a Dios. «Esto no sólo se hace para divertir a la gente, sino para catequizar a través de la lucha libre, que es un deporte que viene a representar valores del espíritu, porque el deporte es disciplina, es concentración y hay que combatir por lo que se ama», dijo uno de los sacerdotes luchadores.
El Ángel Negro, responsable desde hace años de una parroquia del poniente de Juárez, deja claro que su identidad está bajo reserva, aunque todos sus seguidores de la comunidad saben que él es luchador y saben su nombre, e incluso acuden como su porra a apoyarlo. Por su parte, El Fariseo es uno de los formadores del seminario, con 38 años y ordenado desde hace 8; aprovecha su «identidad» de luchador para lanzar mensajes sociales. «Creo que la gente tiene más de fariseo que de siervo, pues aunque a todos les gustan los técnicos, también nos comportamos como los rudos. Queremos un mejor gobierno, pero una semana después que sufrimos las lluvias todo se nos olvida por los boxeadores y por Espinoza Paz; o queremos mejores políticos, pero no vamos a votar».
Todos ellos se presentaron por quinto año consecutivo en un evento que tiene como finalidad recaudar fondos para el Seminario Conciliar de Ciudad Juarez.