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¿Por qué no viene a México el Papa?

La realidad que en México acompaña a los conventos, monasterios e iglesias es la pobreza. Aunque la vida religiosa es austera, los conventos sufren por deudas, imposibles de pagar, provienentes principalmente del impuesto predial, electricidad y agua.

He sabido de conventos que han sufrido varios meses la carencia de agua porque les fue cortado el suministro. Varias personas hemos tenido que intervenir con donativos para que se les reinstalara el servicio, pues sin agua no puede haber alimentación ni higiene adecuadas. El incremento se disparó, en un año, de $200.00 a $1,500.00 por bimestre. También sé de monjas que trabajan durante las noches elaborando más rompope, más galletas y hostias para lograr subsistir, y que salen de sus conventos a vender sus productos afuera de Misa, y muchas veces, al fiinal del domingo, los delincuentes les roban el dinero.

El caso de las iglesias no es distinto. El párroco tiene que echar mano de recursos para obtener ingresos, mediante rifas, kermesses y colectas, para pagar sueldos y gastos de mantenimiento, tanto cotidianos como extraordinarios, de impermeabilización, pintura y restauraciones. Son muchas las iglesias con adeudos en electricidad y agua.

Esta es la realidad, aunque equivocadamente se piense que en la Iglesia abunda la riqueza. Ya desde tiempos de Benito Juárez, cuando se exclaustró a las monjas y se saquearon conventos e iglesias, el Gobierno encontró mucho arte sacro pero nada de oro ni joyas.

El actual Gobierno de México -que bien conoce esta realidad- en lugar de aliviar, decidió gravar con impuestos a las iglesias, conventos y monasterios. En efecto, mediante documento fechado el 19 de diciembre de 2014, el Sistema de Administración Tributaria de México notificó las nuevas obligaciones bajo el Asunto que lleva por nombre “Régimen aplicable a las Asociaciones Religiosas para el ejercicio fiscal 2015”.

En el apartado I, bajo el título de Obligaciones, el documento determina, en el inciso A, que deberán: “Llevar de manera electrónica, un registro analítico de todas sus operaciones de ingresos y egresos, acompañando la documentación comprobatoria correspondiente, de tal forma que pueda identificarse cada operación, acto o actividad, indicando fecha, monto de la operación y el concepto a que se refiere, debiendo ingresar de forma mensual la información contable a través de la página del SAT”. En el inciso D establece que deberán “Presentar a más tardar el 15 de febrero de 2016, declaración anual informativa respecto de los ingresos obtenidos y los gastos efectuados en el ejercicio inmediato anterior, en este caso la declaración se presentará vía Internet a través del programa DEM Personas Morales”, y en el inciso H obliga a “Enterar de forma mensual, a más tardar el día 17 del mes inmediato posterior al que correspondan, las retenciones del ISR correspondientes a los pagos realizados por salarios… En el mismo plazo, también deberán enterar las retenciones mensuales del ISR efectuadas a terceros”.

No me imagino -por más que intento- a una monja de vida ascética y contemplativa, sentada ante una computadora e ingresando al sitio del SAT para presentar lo que este Documento le exige. El Gobierno de México no ha entendido que existe un tipo de vida que es regida por el espíritu y orientada a Dios, ni que lo que hacen las monjas es rezar. Este Gobierno no quiere entender que las limosnas y donativos del pueblo fiel son para adoración de lo Sagrado. A este Gobierno no le conviene entender que las iglesias son Patrimonio que tiene obligación de conservar, pues al expropiarlas las hizo Propiedad Federal, y no quiere ver que los sacerdotes se ven en la necesidad de destinar las limosnas a la restauración, aunque las iglesias sean propiedad federal.

¿Este Gobierno busca la desaparición de la vida monástica, conventual y religiosa o pretende hacerse de las limosnas del Pueblo creyente? Lo primero es grave y la historia lo ha demostrado, pero lo segundo muestra a un gobierno Muerto-de-hambre y Cuenta-chiles, porque eso de obtener recursos de lo Sagrado, eso no le corresponde al Estado.

Con todo, el Presidente de México quiere que el Papa venga para recibirlo personalmente, tomarse fotos con él y llenarse de él. Sólo que el Papa no se presta a satisfacer complacencias populistas de políticos que pretenden aprovecharse de la figura del Vicario de Cristo.

Por tanto, el papa Francisco dio a conocer el 19 de enero, en el vuelo de Manila a Roma, que no estará en México, aunque sí viajará a Philadelphia, Nueva York, Washington, Ecuador, Bolivia y Paraguay.

¡Cuán cierto es que no se puede servir a Dios y al dinero, tal como lo refiere el Evangelio!

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