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El poder curativo de la verdad

Antes de entrar a tan importante tema es necesario considerar porqué nos vinieron las enfermedades,  si Dios creó al hombre para que fuera sano y feliz, y así le dio la vida en abundancia cuando lo puso en el paraíso.

En verdad todo fue por un engaño del cual Adán  y Eva fueron las primeras víctimas cuando Satanás hizo caer en tentación a Eva para que desobedeciera a su creador para que comieran fruto del árbol que él  les prohibió comer cuando le dijo a Eva por medio de la serpiente ¿con que os ha mandado Dios que no comáis el fruto de todos los arboles del paraíso?  Y respondió la mujer a la serpiente. Del fruto de todos los arboles comemos pero del fruto que está en medio nos ha dicho Dios no comáis de él ni lo toquéis siquiera no valláis a morir y dijo la serpiente a la mujer no, no , es que sabe Dios que el día que comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios conocedores del bien y del m al. Eva comió el fruto, y dio también a su marido y de allí nos vinieron todos los males que ahora nos atormentan.

La mentira nos conduce a las falsas creencias que por no reflexionar las tomamos como buenas y por eso hacemos malas obras. Una de ellas es creer que la felicidad está en la vida fácil, sin hacer algún esfuerzo en aquello que es desagradable pero necesario, como estudiar y cultivar el cuerpo y la mente, y por desgracia hay muchos niños y jóvenes que  se entregan a los falsos placeres y de esa forma consumen drogas que de momento los hace sentirse bien pero cuando su efecto ha pasado sienten terribles sufrimientos.

¿Cuál fue el fin de estas víctimas? Descuidaron su vida no buscaron la verdadera felicidad y por eso no se prepararon para triunfar en la vida, y de esa forma nunca colaboraron para el bienestar de su familia y ya de adultos viven con muchas privaciones.

La causa principal de todos los males empezó desde el hogar porque los padres de familia no aconsejaron ni corrigieron  a sus hijos, y no lo hicieron porque pensaron que para ser felices no hay que molestarse para nada, y así abandonaron su vida y la de sus hijos, sin pensar que para ser felices hay que esforzarse para llevar una vida mejor, ya que esa forma se logra la superación personal, y de ahí el progreso en toda la familia “las personas más felices son aquellas que luchan por ser alguien en la vida y tener los medios para lograr sus propósitos”.

El mejor remedio para evitar todos los males es el conocimiento de la verdad.

Pero, ¿qué es la verdad?

La verdad es la fuerza que radica en lo más profundo de la mente humana y por la claridad con que se manifiesta no se le puede negar porque vale por sí misma y es la base del conocimiento científico.

Llevar una vida de esfuerzo no es fácil, pero si nos motivamos con la verdad haremos agradables todas aquellas actividades que no queremos realizar, para ello debemos meditar sobre los beneficios que vamos a obtener.

En la actualidad tenemos un enemigo que nos está destruyendo y es la contaminación mental formada por malas ideas que contienen todo tipo de violencia que provienen de los diferentes medios que existen. Estas ideas son homicidios, pleitos, secuestros, prostitución, robos, asaltos, infidelidades etc.

Debemos de sacar de nuestra mente este tipo de ideas porque todo lo que vemos y oímos es lo que hacemos.

El conocimiento de la naturaleza.- La verdad nos conduce a reflexionar sobre las leyes de la naturaleza como una fuerza que nos mueve a la acción.

Analicemos las siguientes leyes:

1.- El esfuerzo produce la fuerza. Existen atletas que siendo muy débiles lograron tener una gran fuerza. Entre los levantadores de pesas hay quienes levantan más de 140 kilogramos.

Otro buen ejemplo nos dan los atletas discapacitados que nadan sin tener brazos. Otros discapacitados pueden pintar maravillosos paisajes con los pies y con la boca y así encuentran placer en lo que es difícil, de esa forma se sienten realizados y felices. “Aquí se manifiesta la fuerza del espíritu”.

2.- El exceso de descanso produce cansancio. “Sólo sienten el placer de descansar los que se cansan”. El exceso de descanso nos conduce a la pereza, vicio que aniquila al hombre porque lo deja inválido para actuar.

3.- La ley de dar y recibir.- Sin el cumplimiento de esta ley la vida de nuestro planeta sería imposible.

Los seres vivos formamos la naturaleza y unos dependemos de otros. El hombre cultiva los vegetales y con eso les da la vida; pero cuando los vegetales crecen y dan fruto ellos dan vida al hombre, como el caso de los campesinos ellos siembra los granos, pero después levantan para su alimentación. En esta ley se encuentra la salud y la felicidad.

Investigadores de la Universidad Emory, E.U. descubrieron que ayudar a los necesitados sin esperar recompensa activa los centros de placer  del cerebro con beneficio de salud para el bienhechor (Selecciones del Reade´r Digest, Agosto, 2001).

Si por la mentira nos vinieron las enfermedades, por la verdad podemos sanar, por los maravillosos recursos de la mente. (Psicoterapia). Véase el libro La curación por el espíritu de Stefan Zweig. (Editorial Posada).

Es importante el conocimiento de la verdad que nuestro médico Jesús de Nazaret se considera en élla y así nos hace saber cuándo nos dice: “Yo soy el camino la verdad y la vida. (Jn. 14,1-6)”.