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Zachary King: entrevista completa del programa «Cambio de Agujas»

Cambio de Agujas, el programa de la Fundación EUK Mamie – HM Televisión, que nos ofrece cada semana el testimonio de un converso distinto, les ofrece en esta ocasión un testimonio especialmente impactante: Zachary King, de los EEUU, que llegó a estar entre los diez «High Wizard» – Gran Brujo o Brujo de alto nivel – más poderosos sobre la faz de la tierra, y que tras apartarse de ese mundo a causa del vacío que le producía una vida tan oscura, llegó a la fe católica después de una fuerte experiencia con la Virgen.

CAMBIO DE AGUJAS CON ZACHARY KING (PARTE 1)

Cristina Casado: Zachary, ¿puedes decirnos quién eres, de dónde eres, y cómo creciste, come era tu vida: familia pequeña o grande, religiosa…?

Zachary King: Mi familia era bautista, lo que significa que mi hermano y yo íbamos a la Iglesia bautista todos los domingos y mis padres nunca iban. Esa fue mi primera impresión de «ir a la iglesia». Era como una tortura. Era como un lugar donde mis padres podían llevarnos a mí y a mi hermano, y así tener ellos libertad durante unas horas los domingos. Mi padre decía cosas como: «Si das el diezmo todos los domingos, Dios te premiará». Pero mi padre no daba el diezmo, y si le preguntabas por qué no lo daba, te respondía: “Porque no puedo pagarlo”. Y decía también: «Si te tomas el día libre el domingo, Dios te premiará». Pero su empresa estaba abierta siete días a la semana, y cuando le preguntabas por qué, decía “Porque no me puedo permitir que se cierre por un día». Me parecía que «hablaba de boquilla» sobre estas cosas de Dios, pero que él no creía en ellas. Entonces, en el fondo, mi fe en Dios era mínima. Con diez años ya había visto todas las películas de fantasía que habían sido hechas. Me atraía mucho cuando pasaban cosas mágicas. Quería saber si la magia era posible. Todo el mundo me decía que no, que la magia era falsa, que era simplemente fantasía, que realmente no se pueden hacer esas cosas. Cuando yo estaba en 5º de Primaria, tenía 10 años, empecé a hacer «I hate you, bloody Mary» [Te odio, María ensangrentada], un juego muy común en los Estados Unidos y en muchas partes del mundo. Los chicos entran en un baño, apagan las luces coreando una frase al espejo, buscando una cara espantosa, demoniaca. No lo sabíamos entonces, pero estábamos practicando la magia. No sabíamos que el juego de «María ensangrentada» era, en realidad, un maleficio. Para hacer un maleficio real, para hacer que suceda la magia, necesitas de la repetición, intención y presencia demoniaca. Así que la gente que juega, que está intentando hacer, por ejemplo, los maleficios de Harry Potter y que se dice: «Jo, yo intento hacer estas cosas y no funcionan. Obviamente son falsas». Pues eso no es verdad. Eso es una situación de decir: «Bendito sea Dios». No funcionó porque no hay ningún demonio presente. Porque yo también he hablado con chicos que dicen que funciona siempre que lo intentan, lo cual asusta mucho, porque significa que ese chico tiene un demonio presente. Entonces, hacíamos eso y yo siempre veía una cara demoniaca. En la misma época había salido la serie «Dungeons and Dragons» [Dragones y mazmorras], un juego de rol. Salió aproximadamente dos años antes de esto. Yo siempre hacía de mago o hechicero.  Pero después de un tiempo, después de hacer de ambos papeles, mi curiosidad estaba en su punto culmen. Tenía que saber si la magia era real, ¿sabes? Tenía que intentar esto por mi cuenta, pero no se lo podía decir a nadie porque no quería que se burlasen de mí. Así que hice un maleficio de verdad, bueno, hice tres maleficios mágicos de dinero. Cada uno de ellos aumentó la cantidad que obtuve. Los primeros dos eran de tan poca cantidad que pensé: «Podría ser una coincidencia». La tercera vez que lo intenté obtuve mil dólares. Después de eso estaba convencido de que «esto es real y voy a hacer esto durante el resto de mi vida». Continué haciendo ese tipo de cosas. A los catorce años participé en mi primer aborto, mi primer aborto asistido.

Como brujo, no matas al bebé, pero tienes que estar presente. Hace algunos años me dijeron que mis charlas eran apropiadas para jóvenes desde los quince años para arriba. El problema con esto es que cuando yo tenía quince años, tenía ya una larga lista de las cosas malas que había hecho antes. Suelo terminar diciendo  que antes de los quince años yo había quebrantado ya todos mandamientos, los diez, incluso el asesinato.  Y ahora tengo la edad suficiente para escuchar mi propia charla. En mis charlas, no les recomiendo a los padres que traigan a sus hijos de diez años. Normalmente les digo que escuchen la charla y que después, cada uno en su casa, sabrá el modo de explicar a sus propios hijos la charla con un lenguaje apropiado en cada caso. Como adultos, ellos deben  hablar con sus hijos de estas cosas, y no esperar pensando: ¨Ay, mi hijo es inocente¨. Mi experiencia es que las personas que piensan que sus hijos son muy inocentes están equivocadas, y los que piensan que no son inocentes, que son como pequeños demonios, se equivocan también. Normalmente los niños están en el medio. Los niños que tú menos esperas están consumiendo pornografía, a veces son ya adictos. Y hay niños que piensas: «Mi hijo va a ser sacerdote de mayor». Y a veces será sacerdote… pero del “partido oscuro”. Los niños te sorprenderán a cada paso. Yo continué por ese camino desde mi primer aquelarre, durante aproximadamente cinco o seis años.

Cristina Casado: (08,08) ¿Y entraste en algún tipo de grupo?

Zachary King: Sí, cuando tenía doce años encontré otro grupo que hacían “Dragones y mazmorras” creyendo que la magia era real y empezaba a moverse para reclutar  niños. Tenían un montón de películas de fantasía, un televisor con pantalla grande, podías comer allí todo lo que quisieras casa día, meriendas, drogas, cigarrillos, alcohol, incluso el sexo. Cualquier cosa que quisieras hacer, te animaban a ello. Yo hice de todo. Me enteré de que era un grupo satánico algo más tarde. Me uní oficialmente cuando tenía trece.

Cristina Casado: (08,52) ¿Y el hecho de que era satánico no te molestaba? ¿Sabías lo que era realmente?

Zachary King: En la Iglesia bautista no se hablaba mucho de Satanás. Al bautista le dicen que «Jesús venció al demonio en la Cruz hace dos mil años y el diablo no es ninguna amenaza. Ya está vencido, ya no puede hacer nada. Tiene miedo de la Iglesia bautista, no la va a atacar…” Como resultado de eso, realmente no hay nada… De estas personas yo pensaba: dicen que son satánicos, pero yo había visto las películas de los años 60 y 70, y el satanismo que allí veía era algo horripilante. Empieza la música cuando el humo de Satanás sale en la pantalla. Satanás es un tío que da miedo. El líder del aquelarre de brujas es siempre uno que se nota que es el malo durante toda la película, antes de que lo indentifiquen como el malo. Yo crecí con esa idea. Cuando fui a ese lugar, donde podía comer lo que quisiera, ver lo que quisiera, hacer lo que quisiera, frente a la figura de mis padres, que eran como el «policía de la diversión». ¿Entiendes, verdad? Con ellos siempre era: «Papá, ¿puedo ir». «No». «Y, ¿puedo ver?» «No». «Pues, ¿puedo hacer…» «No». En todo lo que intentaba hacer, mis padres me paraban a cada paso. Éstos en cambio me permitían hacer lo que quisiera. Me dejaban hacer cosas que si mis padres hubieran sabido que las había hecho… No sé, creo que me habrían matado. Al menos esa era mi interpretación. Estos que permitían que yo hiciera todo lo que yo quisiera hacer, claramente eran los buenos. No había nada que daba miedo allí. Yo al menos no tenía miedo. Con trece años firmé un documento que decía: «La Sangre de Jesús lava todo pecado. Pero el mío no. Jesús murió por todos, pero por mí no”. En la página final, vendía mi alma al diablo y yo sabía que eso significaba que cuando tuviera noventa y cinco años me moriría e iría directamente al infierno. Pero, ahora tengo trece años… Los noventa y cinco años están muy lejos. Y voy a conseguir todo lo que quiero en este tiempo. Me gustaba eso. No sabía ni siquiera si el infierno era real, ni que yo iba a ir allí.

Cristina Casado: (11,13) ¿Hasta dónde llegó todo esto? ¿Por cuánto tiempo estuviste metido ahí? Porque si ayudaste con tu primer aborto cuando tenías… ¿Cuántos años has dicho? ¿quince?

Zachary King: Justo antes de cumplir quince. Pero en esos años hice cuatro abortos más, cinco en total. Estuve en ese grupo satánico hasta los dieciocho años…

Cristina Casado: (11,33) ¿Podrías decir donde se hacían, en una clínica de abortos, o en otro lugar…?

Zachary King: No, el primero que hice fue en una granja de un miembro del grupo satánico… Pero fue más higiénico que en muchas clínicas de abortos donde he hecho otros abortos. Fue increíblemente higiénico. Había más o menos ciento cincuenta personas allí, pero había varios niveles en lo que hacía la gente que estaba allí. Las personas tienen papeles distintos.

Cristina Casado: (12,00) ¿Y dónde está la conexión entre este aborto y lo que tú estabas haciendo allí?

Zachary King: Un funcionario de la ciudad había estado intentando aprobar una ley en el municipio durante aproximadamente tres años, y no se aprobaba. Él lo intentó a través de todos los medios tanto legales como ilegales. Intentó el soborno, manipular gente… Nada funcionaba. En el mundo satánico hay muchos niveles, muchos maleficios que se pueden hacer. Cada cual tiene su criterio, incluso en lo que se requiere para llevarlo a cabo. En cada nivel va subiendo más y más la exigencia. El maleficio más fácil, más sencillo, es en el que dices simplemente algo como: “Yo deseo que tal funcione”. O bien: “Satanás, ¿me puedes dar X?”. Requiere una especie de vaso de cristal, agua, un congelador y un trozo de papel. Nada más. Ahora bien, en ese nivel sería como si yo – el satanista que hace el maleficio contra ti – me acercara a ti, dándote patadas en las espinillas. En cambio, si hiciera un “hex” [mal de ojo] que involucrase un aborto, eso equivaldría a que yo fuera a tu casa dejando caer una bomba atómica encima. Quiero decir, subimos la “apuesta” un poco, de dar patadas en las espinillas, a dejar caer una bomba en tu casa, una bomba atómica, así que claramente estás muerto. Por eso se realiza el aborto. Ese hombre quería que se aprobara esa ley y no le importaba lo que se hiciera. Por eso contrató a nuestro grupo satánico para que se hiciera un mal de ojo, y eso requería un aborto.

Cristina Casado: (14,08) ¿Y dónde encuentras a esa persona que se deja hacer el aborto? ¿Es alguien del grupo?

Zachary King: Sí, era alguien del grupo. De hecho, varones del grupo satánico de edades entre los doce y los quince años, pasaron una noche con una mujer del grupo que tenía más de dieciocho años, con el fin de hacer que se quedara embarazada.

Cristina Casado: (14,28) Entonces, ¿es un aborto intencional, con esa intención de participar en el maleficio?

Zachary King: Sí, es muy intencional. En todos los aborto en los que yo tuve parte, la persona sabía la razón por la cual estaba allí. O bien se quedaban embarazadas para ese fin, o era alguien que voluntariamente se presentaba para hacer eso.

Cristina Casado: (14,46) Nuestros espectadores no lo saben, pero llegaste a ser lo que se llama “sacerdote satánico”. ¿Eso era…?

Zachary King: Mi posición era lo que se llama un «High Wizard», un Gran Brujo o Brujo de alto nivel. En mi grupo satánico particular yo había formado parte de la Iglesia Mundial de Satanás. En ese grupo satánico, el miembro más alto es un Brujo de alto nivel. Hay mucha gente que piensa que el sumo sacerdote es el nivel más alto, y en muchos grupo satánico eso es verdad. En mi grupo satánico los teníamos, pero no eran considerados de posición muy alta, porque esa persona podía haberse elegido a sí mismo como sumo sacerdote, y si es así, eso es considerado como nada en la escala. En mi grupo satánico la gente tenía un estatus de militar mientras subía en poder de magia. Entonces, si la suma sacerdotisa no fuera elegida por sí misma, podía tener una posición tan alta como la de un sargento, pero nunca va a llegar a más. Mucha gente piensa que ese es el grado más alto que hay, por eso dicen que eso es lo que quieren ser, y nunca se esfuerzan por algo más grande. Un «High Wizard» es alguien que -supuestamente – elige directamente Satanás. Normalmente le escogen de entre los tenientes o posiciones algo más altas, a no ser que vean potencial en alguien de un status más bajo. Como «High Wizard» viajas por el mundo y haces los hechizos para los ricos y famosos: rockeros, actores, políticos… Cualquier persona que tiene mucho dinero..  Pero no entregan el dinero al «High Wizard», sino que se lo dan al grupo satánico. Los que tienen posiciones pueden concederte favores. Pero la persona normal no puede. Bueno, yo tenía un pase que me permitía coger un avión de un compañía aérea en particular, en cualquier momento, cuando me daba la gana. Y si quería viajar fuera del país, no necesitaba pasaporte. Tener este pase era suficiente. Solo tenía que mostrar esta tarjeta y me ponían en primera clase.

Cristina Casado: (17,00) Me has dejado sin palabras…

Zachary King: Mi segundo grupo satánico, de la Iglesia Mundial de Satanás, tenía un millón cien mil miembros en el mundo en 1989.

Cristina Casado: (17,18) ¿A qué edad te hicieron Brujo de alto nivel?

Zachary King: A los veintiún años.

Cristina Casado: (17,22) Entonces, ¿supuestamente fuiste elegido por Satanás?

Zachary King: Eso es.

Cristina Casado: (17,27) ¿Y qué pensaste cuando eso sucedió?

Zachary King: Es la posición que deseaba. Había oído hablar sobre ello cuando entré en mi segundo grupo satánico, mi segundo aquelarre, con dieciocho años. Descubrí que existía ese puesto y pensé: “Esta es la cosa más guay del mundo”. Tienes que ponerte un disfraz para hacerlo. Vi el disfraz… Lo había visto cuando tenía doce años, y no sabía lo que era. Pregunté a unos adultos y ellos hicieron como si no existiera, me dijeron que yo estaba soñando. Cuando tenía dieciocho años estuve en una fiesta y vi uno de estos «High Wizard», un Gran Brujo. Si vas a Youtube, hay una artista que se llama “Pink”, y tiene un vídeo de una canción llamada “Like a pill”. En ese video, puedes ver un «High Wizard» cuatro veces. La segunda, tercera y la cuarta vez está haciendo un hechizo. Está totalmente metido en hacer un hechizo. Lleva un traje tipo frack, una chistera, una varita o un bastón. Él utiliza una varita, yo utilizaba un bastón. Yo pensé que un varita era un poco raro. Y pintura para la cara. Se pinta la cara como un cadáver. Es un Brujo de alto nivel. Casi me caí de la silla la primera vez que vi ese vídeo, porque es una posición totalmente secreta. Y sin embargo, aquí está esta estrella internacional, que tiene un Brujo de alto nivel en su video.

Cristina Casado: (18,47) ¿Es algo común?

Zachary King: ¿Los Brujos de alto nivel?

Cristina Casado: (18,51) El hecho de que están con la gente famosa.

Zachary King: Oh sí, es común.

Cristina Casado: (18,55) ¿Y por qué esta gente tienen los «High Wizard», los Brujos altos con ellos?

Zachary King: Pues, una vez más, si vas a Youtube y buscas cuántos artistas dicen que han vendido sus almas al demonio a cambio de la fama y las riquezas… Esto es uno de los trabajos de los Brujos de alto nivel. Encontramos personas que quieren ser famosas, los llamamos un “warehouse deal”, un almacén de ofertas. Van a algún sitio, normalmente a Los Ángeles o a Hollywood, donde están todos los cantantes de rock, personas que quieren ser famosas… El Brujo de alto nivel va por estos sitios, y si hay alguien que capta su atención – y probablemente capta su atención por algo satánico, no está mirando a todas las personas – habla con ellas. Yo me acercaba a estas personas y les preguntaba: “¿Qué estás dispuesto a hacer para ser famoso?” La mayoría de las personas dicen en seguida: “Estoy dispuesto a cualquier cosa”. Y yo respondía: “¿Qué quieres decir cuando dices «cualquier cosa»?”  Llegados a este punto, la mayoría dicen: “Bueno, no tendría sexo con animales pero, para cualquier otra cosa, estoy dispuesto”. Pues Satanás no quiere a esta persona. No quiere a la que no esté dispuesta a hacer «cualquier cosa». Él quiere que estés en el lodo, quiere arrastrarte por el lodo… Él te odia, no es tu amigo. No quiere darte un millón de dólares, una casa grande, un coche y muchas novias, drogas y alcohol porque te quiere. Él quiere que vayas brincando felizmente hacia el infierno. Y está dispuesto a cogerte de la mano y hacerlo contigo. Pero antes, tú tienes que estar dispuesto a darle algo. Por eso, a esa persona que dice “yo haría cualquier cosa”, yo les preguntaba: “¿Qué quieres decir cuando dices cualquier cosa”. Ellos respondían: “Cualquier cosa, nombra lo que quieras y lo haré.” Y yo les hacía preguntas que normalmente incluían cosas como: “Tener relaciones sexuales con un caballo o un perro.” Y a veces decían que sí. Entonces les daba una tarjeta: la tarjeta “tear two”. Cogían la tarjeta  “tear two” y acudían a la dirección que se les indicaba. Cuando llegaban ahí, tenían que hacer las cosas que se les pedía. Actualmente yo no voy a las reuniones de “tear two”, por eso ya no sé lo que hacen. Es posible que no hagan nada con un perro o un caballo. No sé que hacen, pero sí sé dos cosas. Una es que me llegó un hombre que no tenía ningún talento. No podía cantar, ni bailar, ni componer canciones, ni poesías, ni leer música, no podía hacer nada. Absolutamente nada. Recibió su tarjeta “tear two”, y la siguiente vez que lo ví, fue en un vídeo en MTV. Cantando y bailando. Y era muy popular. Ahora también, de vez en cuando se lee de estrellas del rock que se ahorcan, que toman una sobredosis de droga, que beben hasta morir, que conducen borrachos… Después de conducir borrachos muchas veces, su coche termina destrozado contra un árbol… Cuentan que están desesperados y deprimidos. Viven hundidos en el alcoholismo durante veinte años antes que morir. ¿Por qué alguien que tiene tanta riqueza, que es tan popular, tan famosa… se comporta así? Sucede esto porque están intentando olvidar cómo llegaron ahí. Si eres una persona normal, tener relaciones sexuales con alguien – o algo- con quien normalmente nunca lo harías… Tienes que beber mucho alcohol para olvidarlo. Y, a veces, tienes que beber tanto que el alcohol te mata.

Cristina Casado: (22,30) ¿Durante cuanto tiempo estuviste metido en todo esto? ¿Y qué pensabas mientras te comportabas así? ¿Eras consciente del mal que hacías? Ya en este momento sabías que era Satanás, ¿verdad?

Zachary King: Sí, estaba completamente seguro de que era Satanás, pero yo me uní a ellos porque lo quería todo: quería poder, quería conocimiento, quería muchas cosas… Quería pecar lo más que una persona es capaz de pecar, y aún más si fuera posible. Pensaba que el pecado es el equivalente a la diversión. Quería la mayor cantidad de dinero que era posible tener, la casa más grande que hubiera, el coche más rápido que se pudiera conducir, quería hacer lo que me diera la gana. Y Satanás parecía la persona dispuesta a darme todo lo que quería. Como Brujo de alto nivel, viajas por el mundo. Cuando alguien te pide hacer un hechizo o pagan a tu aquelarre o grupo satánico para contratarte, tú no tienes que hacerlo. El contrato que firmas dice que tú puedes decir que no. Y es lo único que quise oír, que yo no tenía que hacer nada que no quisiera hacer. En realidad, estás atado al pecado y al demonio. El demonio está ahí como tu amo, eres como una marioneta en sus manos, mientras él tira de las cuerdas. Estás haciendo todo lo que él quiere que hagas. Yo había firmado, había entregado mi alma al demonio, pero también tengo que decir aquí que es imposible vender tu alma al demonio. Pero cuando lo hice, con trece años, yo no era demasiado espabilado, y además me creía todas las mentiras que me decían. Pero es imposible vender tu alma. Yo disfrutaba de la vida, yo pensé que eso que yo vivía es lo que todo el mundo querría hacer. Todo el mundo quiere tener un bar completo en su casa y poder beber cuando quiera. Todo el mundo quiere conseguir drogas ilegales y tomarlas constantemente. Todo el mundo quiere acostarse con quien le da la gana, sin ningún compromiso, y nadie puede decirle que no. Y si quiero montar la fiesta esta noche, lo voy a hacer. Y si quiero montar otra mañana, lo voy a hacer. Tengo mucho dinero a mi disposición, y pienso que estoy pasándolo genial. Entonces no me importaba que el maestro fuera Satanás.

Cristina Casado: (24,53) Vale, entonces a ti te daba igual todo con tal de ser amigo de Satanás y tener todo eso, tener todos las placeres que querías, ¿no es cierto?

Zachary King: Sí. Durante ese tiempo, dividí ciento veinte iglesias y asistí a 146 abortos.

Cristina Casado: (25,10) ¿Y todos esos eran abortos intencionales?

Zachary King: Sí.

Cristina Casado: (25,13) ¿Y dividiste Iglesias? ¿Esto cómo se hace?

Zachary King: Con la murmuración. Se utilizan tres métodos para dividir una iglesia bautista. Uno es un escándalo de sexo, normalmente con una chica de quince o dieciséis años y el Ministro de la música o de los jóvenes o con el Pastor mismo. También puede ser un escándalo de dinero, o un escandalo de murmuración. Es curioso que alguien a quien Satanás tiene miedo, permita que se divida su iglesia por algo tan tonto como la murmuración. Alguien va a la Iglesia. Primero se investiga la Iglesia un poco, para elegir el método. El método de mi equipo fue la murmuración. Íbamos a la Iglesia presentándonos como algo que no éramos. Por ejemplo, alguien que acaba de comprar una casa muy grande y, hablando con el gerente del banco, le dices que quieres frecuentar una Iglesia bautista. Y te ponen en contacto con su Iglesia bautista. Tú das impresión de tener mucho dinero, porque la casa puede costar veinte millones de dólares y la pagaste en efectivo. El dinero no es tuyo – el grupo satánico la compró- pero está a tu nombre. Pero es también un nombre falso, así que no eres realmente el dueño de la casa, pero parece que si. Y a lo mejor la casa tiene un garaje para doce coches pero tú le cuentas al del banco que tienes trece coches, y que no sabes lo que vas a hacer. Son problemas de la gente rica: “¿Debo ampliar aún mas el garaje? No quedaría bien, porque va a ser nuevo y la otra parte es antigua. ¿O debo destruirlo y hacer un garaje totalmente nuevo? Pero si hago esto, mientras que se construye, mis trece coches estarán fuera”… ¿Qué va a hacer el hombre rico? El gerente del banco me pone en contacto con una Iglesia. Tienes que meterte en un comité importante dentro de esa Iglesia. Normalmente te dejan entrar como un miembro honorario. En muchos de los comités, alguien tiene que morir si otro quiere conseguir su puesto. No están buscando que se muera alguien, pero votan al presidente y el vicepresidente es nombrado por el presidente. Tras eso, provocamos tanta disensión que todo se hace un lío, cada una traiciona al otro. Después involucras al Pastor, que eventualmente pide al presidente que renuncie de su cargo, sabiendo que esto solucionaría la problema. Pero llegados a este punto – y es el punto que Satanás estaba esperando todo este tiempo, era su objetivo – no perseguimos a la Iglesia, no intentamos dividir a la Iglesia, sino al comité. El proceso de elección es un concurso de popularidad. Entonces el Presidente sabe que ha ganado y rehúsa dejar su cargo, lo cual pone furioso al vicepresidente, que decide dejar el comité. Esto divide al comité, y es evidente que si se divide el comité, se divide la Iglesia. Muchas personas dejarán la Iglesia e intentarán empezar su propia Iglesia. Si no la empiezan en menos de un año, no lo empezarán. Y toda este gente o bien serán absorbidos por la iglesia original, lo que les causará algo de vergüenza, o se irán a una nueva Iglesia, algo que también les dará vergüenza. Si aparece una Iglesia nueva en menos de un año, no crecerá porque nació de un escándalo, y la Iglesia original no crecerá porque ocurrió ese escándalo. Y la persona que ayudó a dividir a la Iglesia no se quedará ahí, porque hay escándalo, y ¿quién quiere ser parte de esto? Entonces vas a otra Iglesia, y le haces lo mismo otra vez, y otra vez, y otra vez.

Cristina Casado: Bueno Zachary, no nos queda más tiempo pero todavía no sabemos cómo saliste de todo esto, así que vamos a tener que seguir en otro programa si no te importa. Hasta la próxima.

CAMBIO DE AGUJAS CON ZACHARY KING (PARTE 2)

Cristina Casado:  (34,00) Nos has dicho que seguías con todo esto porque salías ganando: placeres, puedo hacer lo que quiero… Pero esto de dividir Iglesias ¿es parte del placer, o era más bien un trabajo?

Zachary King: Era parte de mi trabajo. Se enteraron que crecí Bautista, y me dijeron: “Genial, entonces tú sabes cómo dividir una Iglesia Bautista”. Y yo pensé: “Pues no, no lo se, no tengo ni idea”. Y me dijeron que sí, que sabía, solo que no me daba cuenta. Es uno de esos talentos escondidos que no sabes que tienes hasta que alguien te da la información que necesitas. Me explicaron el proceso, y después fui a una Iglesia Bautista solo para observar. Me señalaron quienes eran las personas que estaban haciendo lo que luego haría yo, pero no tenía que acercarme a ellas, solo tenía que ver lo que hacían. Después lo hice en dos o tres Iglesias y me pareció algo muy fácil. No es que quisiera hacerlo, pero me explicaron que me estaban enseñando todas estas cosas, y que nada es gratis, tienes un trabajo que tienes que hacer y es esto. Y yo dije: “Vale. Me da igual. Si para conducir un Mazarati tengo que hacer esto, me parece bien. Es justo. Lo haré”.

Cristina Casado: (35,33) ¿Has dividido Iglesias Católicas?

Zachary King: Dentro de la Iglesia Mundial de Satanás, es como si hubiera tres “casas”. Dos “casas” que están de espaldas y una al final. Yuna valla de privacidad entre las tres. Cada “casa” piensa que es la única casa que existe. Como Brujo de alto nivel sabes que las tres “casas” existen, pero te concentras en una sola. Yo trabajaba con la “casa Bautista”. Y lo que hicimos fue atacar Iglesias Bautistas. Era consciente de las tres formas de ataques, pero mi grupo solo utilizaba la murmuración. Pero si hay una “casa Católica”. Y en la “casa Católica” ya conoces todos los escándalos que hay, los ves. Sé de un hombre que es satanista, que hizo todos los pasos para llegar a ser un sacerdote católico. Se infiltró para actuar como satanista desde dentro, pero sé que hay más aunque yo solo conocí a uno. Y todos los escándalos que se leen en los periódicos, en internet, en radio y televisión, no son secretos. Son ataques activos. Hay también una “casa” que hace ataques pasivos. Ahora pensarás: “¿Qué es un ataque pasivo?” Tenemos una casa que produce materia promocional y propaganda: libros, casetes, CDs, DVDs, programas, películas, periódicos, artículos, locutores que viajan por el mundo, que hablan del socialismo, del comunismo, de la Nueva Era, del ateísmo. La próxima vez que veas a un locutor ateo viajando, es muy probable que sea un satanista. Y él sabe que hay un Dios, y sabe que hay un demonio. Pero si él puede convencerte para no creer en Dios… pensarías que el demonio, con tanto orgullo, obviamente quiere que le adores a él, pero eso no es necesariamente lo que quiere. Lo que quiere es que no adores a Dios. Como ateo te tiene justo donde quiere tenerte. Con tal que no estés adorando a Dios, él está feliz. Acuérdate de que no habrá ateos en el infierno.

Cristina Casado: (37,59) Zachary, ¿cómo y cuándo saliste de todo esto?

Zachary King: Fue un poco como trabajar en una tienda de dulces. Cuando llegas a la tienda de dulces, parece que hay miles de distintos tipos de dulces. Hay luces brillantes en todos los sitios y azulejos de colores llamativos en las paredes y en el suelo. Siempre está limpio y el olor de los dulces es la mejor fragancia que has olido en tu vida. Tienes los dulces de azúcar, las gominolas, los chocolates… Dulces del mundo entero, cosas que nunca has probado. Y, por supuesto, todos tus dulces preferidos. Es solo tu primer día de trabajo y piensas: ¡qué ilusión! Pero, después de treinta días, has probado ya todos los dulces que te gustan. Y después de seis meses, has probado todos los distintos sabores de regaliz que pensabas que nunca probarías. Y después de un año, las baldosas no te parecen tan limpias. Y después de tres años, hacen una renovación de la tienda, porque ya huele mal. Y después de cinco años, te das cuenta que cuando aparecen dulces nuevos, es solo que los han envuelto distinto, pero el dulce es el mismo. Es como cuando apareció el crack, decían: “Mira, crack, tenemos algo nuevo” Pero no, seguía siendo cocaína. Entonces el trabajo es una porquería. Después de seis o siete años, piensas: Ya no quiero hacer esto. Pero no puedo parar. He entregado mi alma al demonio,  la única manera de salir es morir. Tendrás que suicidarte, o que te mate alguien, o morir de edad, morir de un accidente. Pero no quiero morir, me de igual la manera en que muera, porque sé que si muero voy al infierno. Entonces me dije: ya no quiero hacer esto-. Pero tenía este trabajo en el que el primer día los dulces me olían fenomenal, maravillosamente. Pero imagina tener este trabajo durante doce años. El año doce, sientes que este trabajo es un rollo, es horrible, huele mal, es feo. Las luces me dan asco. Las baldosas me dan ganas de vomitar. Miras los “dulces” y no puedes creer que la gente todavía los quiere. ¿Por qué vuelven? Para ti no tiene sentido. Entonces un día planeé mi huida. Tenía que salir fuera de la ciudad, tenía que ir a un sitio en particular, pero seguí conduciendo más lejos. Conduje hasta que me quedé sin gasolina. Vendí mi coche al día siguiente, como chatarra. Con ese dinero hice autostop y crucé los Estados Unidos. Fui a una estación de autobuses. Quería llegar a Canadá. Llegué, pero me rechazaron en la frontera. Me decían que me llevarían a cualquier sitio que quisiera. Entonces cerré los ojos, abrí un atlas de Estados Unidos y puse mi dedo en una página: era Oklahoma. Dije: “Vale, no conozco a nadie en Oklahoma, pero iré”. Me fui y viví ahí por tres años. Después decidí intentar otra vez ir a Canadá, pero otra vez me rechazaron en la frontera. Un amigo me dijo que hay un sitio donde se cruza la frontera y no hay guardias. Simplemente cruzas con tu coche y ya está. Pensé: “Esto es lo mío”. Conduje hasta ahí, pero fue justo el primer día en que había un guardia vigilando ahí. Dios tiene sentido del humor. Me rechazaron otra vez. Solo tenía dieciocho dólares, suficiente para pagar solo la mitad de mi tanque de gasolina. Conduje a Vermont, el estado más cercano. Me quedé ahí por algunos años. Era adicto a la magia. No entré en ningún grupo satánico porque tenía miedo de que me descubriesen, que me encontrasen. No me involucré en el satanismo organizado, pero seguía con la magia. En Octubre de 2007 me casé. Trabajaba en la joyería de un centro comercial. Tres meses después de mi boda, en enero de 2008, fui a trabajar un día y se me acercó una mujer que me dijo que quería comprar unos pendientes. Yo saqué los pendientes. Me dijo que le gustaban los pendientes pero, como estaba de compras con su hija, iba a ir con ella y luego volvería para cogerlos. Entendí que los iba a buscar más baratos en otro sitio. Tenía cara de ser una mujer honesta y pensé: “Realmente lo va a hacer.” Y tres horas después volvió, los compró y la dí el ticket explicándola: “Si llamas al número del ticket y haces la encuesta, puedes ganar mil dólares”. Y me dijo: “Genial. Yo también tengo algo para ti”. Y yo pensé: “Por favor no. Me va a sacar un folleto y decirme que tengo que caer de rodillas y suplicar perdón y todo eso. No tengo este opción, he vendido mi alma”. No puedes explicar esto a los cristianos buenecitos, porque intentan aún más convencerte que puedes volver a Dios. Había aprendido a mentir, a sonreír, a coger lo que me daban y, en cuanto se daban la vuelta, lo tiraba a la basura. Pero la mujer sacó un pequeño disco dorado. No sabía lo que era. Luego dijo algo muy extraño. Dijo: “La Madre bendita te llama a su ejército”. Yo crecí Bautista. Sabía que Jesús nació de María, pero no tenía ni idea de quién era “la Madre bendita”. La mujer añadió: “Es muy poderosa”. Yo pensaba que no podía ser cristiano porque los cristianos no bendicen nada. Entonces pensé que a lo mejor representaba algún tipo de secta para mujeres… No estaba muy interesado. Venía de ser miembro de dos sectas grandes. Lo que ella me ofrecía no me interesaba, me daba igual. Entonces dejé de escucharla. Pero ella seguía hablando y hablando y hablando. Yo, mientras tanto, pensaba: “¿Por qué atraigo a los locos?” Comencé a prestarla de nuevo atención. Me estaba diciendo otra vez: “Es muy poderosa”. Sentí que de alguna manera me estaba interpelando. Pensé: “No me digas que es poderosa, yo fui Brujo de alto nivel. Solo puede haber de uno a diez Brujos de alto nivel en el mundo, no más. Normalmente hay entre dos y cinco. Somos la gente de más alto nivel en el mundo de la magia. Yo era una de las personas de mayor nivel en el mundo de la magia, de los siete billones de personas que ahora mismo hay en el mundo. Me da igual lo que me des, no me puede hacer nada. Nada puede tocarme, me da igual lo que haces, lo que piensas… Esta bendita medalla milagrosa no va a tocar a Zach, el Brujo de alto nivel”. Extendí mi mano. En ese tiempo podía sentir energías y cosas así. Pensaba decirla que esa cosa era inútil, que no tenía ningún poder. En este tiempo era capaz de decir: tal pluma fue utilizada en un hechizo de muerte, o este joya fue utilizada en un hechizo de protección. Pero también: tal piedra no fue utilizada en nada, tu amigo la encontró en la calle, inventó una historia y te mintió. Yo iba a coger esa cosa, comprobar que no era nada, tirarla al suelo o a mi escritorio, y decir le a esa mujer que su medalla no me podía hacer nada, que no tenía ningún valor, que era solo un trocito de aluminio.

Lo puso en mi mano, apreté mi mano sobre ella y el  centro comercial y mi tienda, ya no estaban. Desaparecieron completamente. Estábamos solo esa mujer y yo. Y esa mujer empezó a contarme mi vida. Me dijo que yo había arruinado más que cien iglesias y que eso procedía del demonio. Y que había participado en más de cien abortos y eso también procedía del demonio. Me habló sobre diez pecados que había cometido en mi vida. Y todos terminaron con: “Y esto procede del demonio”. Yo estaba aterrorizado. No sabía qué hacer. Tenía ganas de echarme a correr, pero me sentía como flotando en ese vacío. Parecía que mi pies no tocaban el suelo. Quería dejar caer la medalla, pero pensaba: “¿Qué pasa si me caigo en ese vacío?” Yo era una de las personas con más alto nivel de magia en todo el mundo, pero no tenía el poder de trasladarme a mi mismo y a otra persona a un sitio así, o una situación así, como lo que estaba viviendo. Pensaba que la mujer estaba haciendo magia, y que yo no tenía el poder que ella tenía. Estaba aterrorizado, no sabía qué hacer… Mi boca estaba tan abierta que mandíbula estaba básicamente tocando el suelo. Y me dice otra vez: “La Madre bendita te llama a su ejército.” Esta vez comprendí que se refería a la Madre de Dios. Una revelación extraña para un exbautista. Nunca diríamos “Madre de Dios.” Y en este instante, María apareció. Me cogió de la mano, me sonrió tiernamente y me dio la vuelta. Jesús estaba de pie, detrás de mí. En ese instante, supe que todo lo que es católico, es verdad. Supe que todo lo que era “Zach”, es decir, mi brujería, mi satanismo, mi magia… Todo eso era falso. Y supe que tenía que parar. Supe que Jesús es mi Señor y Salvador y que no había vendido mi alma cuando tenía trece años. María me miró y me dijo: “Tu trabajo es ayudarme a poner fin al aborto”. Abrí mi mano, y estaba otra vez en el centro comercial. Esa mujer todavía me estaba hablando. Me contó cuál era su parroquia y empecé a asistir a la misa prácticamente desde el día siguiente. Tardé alrededor de cinco meses en entrar en la Iglesia Católica. Me preparé en el catecumenado para adultos con un sacerdote, Monseñor Levally. Mi primer director espiritual fue el P. Anthony Gramlick, rector del Santuario nacional de la Divina Misericordia, en Stockridge (Massachusetts). Entré en la Iglesia Católica oficialmente en mayo de 2008. Empezamos el ministerio de “All saints” en 2010. Y ahora voy viajando por el mundo dando este mensaje y diciendo a la gente que Satanás es un idiota. No le tengáis miedo. Tienes que pensar que él es como un perro encadenado que ladra. Tú sabes la medida de su cadena. No le dejes cogerte, porque te destrozará si tiene la oportunidad. No le des la oportunidad. Quédate a una cierta distancia y dale una patada en los dientes si puedes. Saca tu rosario y dale una paliza, pero no le dejes cogerte. No te dejes engañar por sus juegos tontos y sus trampas. Tú lo sabes, si tú eres católico. Tú sabes las cosas que no debes hacer. Y sabes lo que debes hacer. Las normas básicas de este juego son dejar el demonio detrás y correr hacia Dios. Tu meta, nuestra meta, la meta final, es el Cielo. Y la mejor manera de conseguirlo es acercándote a Dios. Acércate a Jesús. Ten una devoción sólida a María. Y no hagas absolutamente nada que tenga que ver con la New Age o con el satanismo”.

Cristina Casado: (49,39) Tengo algunas preguntas…. Cuando dices que es imposible vender tu alma a Satanás, ¿qué quieres decir con eso?

Zachary King: En mis charlas, normalmente pregunto a mi audiencia: “¿Alguien aquí tiene un amigo que tiene un buen coche?” Inevitablemente alguien levanta la mano. Y yo digo: “¿Puedes venderme el coche de tu amigo legalmente?” “No”. “¿Por qué?” “Porque no me pertenece a mí”. Efectivamente, por esa misma razón no puedes vender tu alma. Dios murió por ti. Jesús pagó el precio por tu alma. No puedes venderla, prestarla, darla… Lo que puedes hacer es dar tu voluntad al demonio. Y el demonio te mentirá porque, ¡oh, sorpresa!, es un mentiroso. La Biblia nos lo dice. Satanás afirmará que tiene tu alma. Pero tú solo tienes que confesarte para recuperarla otra vez. Tienes que devolver tu voluntad a Dios. El demonio seguirá mintiéndote hasta en tu lecho de muerte. Mientras estás a punto de salir de esta vida, él estará bailando alrededor de tu cama diciéndote que es el dueño de tu alma. Él quiere que te desesperes, porque la desesperación es un pecado mortal y así irías al infierno. Cuando llegues a esos momentos en que estés a punto de terminar tu vida aquí en la tierra, cierra los ojos, sigue rezando el rosario y pídele a la Virgen que pise la cabeza de Satanás. Y estarás bien.

Cristina Casado: (51,06) Zachary, ¿puedes explicar brevemente qué es la New Age? Porque hay muchas personas por ahí, incluso católicos, que están metidos en la New Age, pero están convencidos de que no es algo malo.

Zachary King: La religión New Age se puede definir básicamente como cualquier cosa que quite a Dios, al demonio, al cielo y al infierno de la fórmula. Por ejemplo, los Testigos de Jehová: han quitado el infierno de su “Biblia”. También han añadido cosas a su “Biblia” que no son verdad.

Los Budistas. Los Budistas han quitado las cuatro cosas. Hay cuatro tipos de Budismo. Uno de ellos tiene un tipo de “cielo” donde te vas a reencarnar y luego vuelves como otra cosa. Estas cosas, claramente, no son bíblicas. Cosas como el yoga, por ejemplo. Muchas dicen: “Bueno, solo estoy haciendo estiramientos”. Ok, entonces haz solo estiramientos y no vayas a una clase de yoga. Si hablas con los Maestros de Yoga te dirán – y lo harán enfadados – que los de Occidente piensan que se puede separar los ejercicios de yoga de la religión. Te dirán que no puedes hacer eso, que son la misma cosa. Tú estás imitando la postura de un dios hindú. ¿Qué piensas que es un dios hindú? Ya desde el comienzo dan miedo, porque un dios hindú es un demonio. Si alguien te viene y te dice: “Mira, yo tengo un ejercicio genial que requiere que copies la postura de un demonio”. ¿Lo harías? Probablemente no. Pero cuando dicen: “Me siento fenomenal cuando hago estos estiramientos. Te ayudaran con tu postura, con tal cosa, perderás peso, dejarás de fumar…” Es como el humo de Satanás entrara en ti. Y lo creemos todo. Hay un sitio en América llamado “Whole Foods”. No estoy diciendo que Whole Foods es un sitio malo, porque yo compro comida ahí. Es mucho más sano que ir a un supermercado. Pero tienes que leer la etiqueta, porque en muchos productos de Whole Foods, se lee por detrás: “Bendecido por un Shamin”. Es decir:  “Bendecido por un brujo”. “Bendecido por un practicante de vudú”. Ponen cosas que te hacen “sentir bien”, cosas como: “Bendecido con amor y luz”. Estos no son ideales cristianos. Todo esto son cosas de New Age. Y con otras muchas cosas, si suena a New Age, lo es. No pienses: “Oh, mi sacerdote me dijo que no pasa nada.” O: “hay monjas que lo hacen”. Hay sitios en América y por todo el mundo, donde las monjas hacen reiki. Y lo hacen en los hospitales. Y para los que no lo saben, el reiki es magia. Mientras alguien se hace un maestro de reiki, hay cuatro niveles. Mientras vas por los distintos niveles, se dibujan en el cuerpo símbolos mágicos. Cuando llegas a ser maestro reiki, se dibujan los últimos símbolos en tu cuerpo y te dan tu guía espiritual personal, que es un demonio que ahora está atado a ti. Y cada vez que practicas reiki con otra persona, estas poniendo hechizos de magia sobre ellos. Un hechizo de magia se define como una oración al diablo pidiendo que ate un demonio a otra persona. Cuando vas al que practica reiki, él está poniendo hechizos de magia en tu cuerpo e intentado atarte a un demonio, para sanarte. Dime que si esto tiene sentido.