Home > Actualidad > Concebí un bebé en una violación y sufrí un aborto después de que mi agresor me diera una paliza

Concebí un bebé en una violación y sufrí un aborto después de que mi agresor me diera una paliza

Por Camila

Yo he pasado por esto. Sé lo que es sufrir una violación y todo el dolor que ello supone. Pero tengo muy claro que un bebé concebido en un acto de violencia tiene el mismo derecho a la vida que cualquier otro nacido en el amor.

Quiero decírselo bien alto a toda mujer que pueda pasar una situación parecida a la que yo sufrí.

¿Acaso ser concebidos en una violación los hace menos humanos y menos merecedores de la vida? Mujer, entiendo el sufrimiento que atraviesas, entiendo tu asco, tu frustración, tu miedo y tu rechazo, pero detente un momento. ¿Merece el inocente ser condenado a muerte y no el violador? ¿Por qué en vez de salir desnudas luchando por la muerte de un inocente, no salimos todas pidiendo el castigo para los violadores?

El proceso por el que estás pasando es doloroso, es frustrante, es vergonzoso, pero créeme amiga: el peso, el remordimiento y la falta de ese niño te pesará día a día. Vas a querer llenar vacíos con otros vacíos peores. Busca ayuda, no estás sola, hay más salida que condenar a un pequeño inocente a la muerte. ¿No lo quieres tener? Dalo en adopción, es menos frustrante, menos cargo de conciencia y menos afectante para tu salud mental, física y emocional.

No estás sola. Busca ayuda, aférrate a Dios.

Yo fui violada, sufrí enormemente aquel acto cruel y abusivo que marchitó mi niñez.

Cuando el violador descubrió mi embarazó me buscó de nuevo y me llevó a un lugar solitario donde nadie pudiera verle. Allí me golpeó con dureza, sin piedad, hasta el punto de matar al bebé de siete meses que estaba creciendo en mi interior. Yo tenía 12 años de edad y él 18. Apenas podía hacer nada para defenderme de aquella brutal paliza.

Ahora, con 18 de años, estoy iniciando un proceso de sanación por todo lo sucedido: el ultraje, la violación y también la carencia afectiva que, incluso, me llevó a atentar contra mi vida en un par de ocasiones.

No me hundí en mi dolor, luché contra aquella adversidad y busqué ayuda para curarme. Quiero sanar mis traumas y por eso me he puesto en manos de una psicóloga que me está ayudando con todo su cariño y experiencia profesional.

Soy una mujer joven que ha sufrido mucho, pero todo este sufrimiento me ha hecho todavía más fuerte y me ha llevado a querer y a respetar más toda vida que está creciendo en el vientre de una madre. Amo la vida y la defiendo porque cada vida humana importa, sin excepción.

Nota: Camila G. López es colombiana. Quiere compartir su testimonio para ayudar a mujeres que se encuentren en una situación parecida. Prefiere no dar su primer apellido ni mostrar una fotografía suya para preservar su privacidad.

Por Davir Arboix / Salvar el 1