Es un mundo con tantas adversidades como en el que vivimos, donde las redes sociales y la presión del respeto humano se han convertido en nuestro pan de cada día, es importante saber combatir las batallas contra el estrés de una forma asertiva y práctica.
Hablando con un sacerdote excepcional, el Pbro. José Luis Irazu, caí en la cuenta de que hay 3 aspectos claves que debemos trabajar para superar las dificultades diarias, entre ellas podemos encontrar las siguientes:
- Ámbito Espiritual: Trabajar el ámbito espiritual es algo que usualmente descuidamos por falta de tiempo y orientación. La oración es el eje fundamental del ser cristiano, por ello no debemos pasarlo por debajo de la mesa. “Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:16-18) Este es el mandamiento de nuestro Señor, orar incansablemente, aceptando nuestras debilidades y adversidades y dejando todo en manos de Dios. Haz unas cuantas respiraciones profundas y disponte a leer un pequeño versículo de la biblia, medita con el varias veces y pregúntate: ¿Qué me dice Dios en estos momentos de mi vida con estas palabras?
- Ámbito emocional: Este es un punto clave en el que debemos poner atención. Debemos desarrollar ciertas técnicas que nos permitan relajar nuestra mente y ver con mayor claridad los acontecimientos de nuestra vida. ¿Qué estoy sintiendo en estos momentos? Para ello funciona mucho escuchar una música relajante, sintoniza tu cuerpo con la música, disfruta de cada melodía. También te podría ayudar dibujar o colorear, parece cosa de niños, pero el aspecto creativo relaja mucho la mente y ayuda a situarse mejor ante las dificultades. Conéctate con tu niño interior, decía Richard Bach: “Nunca dejes de sentir, gustar, ver y extasiarte ante cosas tan grandes como el aire, el vuelo y los sonidos de la luz del sol en tu interior”
- Ámbito físico: Hacer ejercicio a veces suena a olimpiadas y concursos de bellezas, pero en realidad es algo que necesitamos todos. Hacer ejercicio libera ciertas sustancias en nuestro organismo que nos proporcionan alegría y relajan nuestros músculos. En lo particular recomiendo principalmente la natación como un deporte sumamente completo, el contacto con el agua relaja nuestra mente y cada brazada y movimiento es beneficioso para nuestro cuerpo. También es recomendable trotar unos 20 minutos al día. Ponte unos audífonos con tu música preferida y contempla paso a paso la riqueza de la creación de Dios. Lo importante de todo esto es que te mantengas “activo”.
Deja todo en manos de Dios y confía en su providencia, fortalece tu autoestima y tu auto concepto para superar las adversidades de la vida y realiza un ejercicio físico para relajar tu cuerpo de tantas tensiones que en el día a día nos cargamos a los hombres. Que Dios en su infinito amor nos ayude a salir adelante ante el estrés y estas tres claves sean de beneficio para nosotros. Amén.
Por Angelo De Simone