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Relatos navideños

Ahora que avanza diciembre podríamos repasar los muchos relatos asociados a la Navidad en la Sagrada Escritura que, aunque contenidos en breves líneas, nos cuentan historias riquísimas.

Tenemos, por supuesto, el relato de José y María que se encaminan de Nazaret a Belén para cumplir con la obligación del censo de Augusto. En México retomamos la historia en las representaciones de Las Posadas. Y así meditamos sobre cómo muchas veces, por nuestro egoísmo y preocupaciones mundanas, no les permitimos a Jesús, José y María el que se hospeden en nuestro corazón, ni les ofrecemos tampoco la bienvenida a nuestros vecinos pobres, que habríamos de hacerlo como si fueran ellos el mismo Jesús.

Tenemos también el relato de los pastores que, habiendo recibido, de los coros angélicos, el anuncio del nacimiento del Salvador, se dirigen a Belén a adorarlo, y lo reconocen aunque repose en un pesebre muy posiblemente rodeado de animales. En México retomamos esta otra historia con Las Pastorelas, y con ellas meditamos sobre el llamado que tenemos todos a adorar al Señor, al cual en un primer momento respondemos con alegría, pero al cual, por detenernos, de nuevo, las preocupaciones mundanas y el Diablo, no acudimos con la prisa debida.

Pero hay muchas historias más que ponderándolas y meditándolas nos dicen mucho.

Tenemos la de los Reyes Magos, quienes conocedores de las profecías de siglos, dejan sus palacios y posesiones, y se ponen en marcha, desde tierras muy lejanas, para adorar al Niño Dios. Con sus regalos de oro, incienso y mirra reconocen que Jesús es Rey del Universo, es Dios Eterno, y es Hombre, cuya muerte servirá para nuestra Salvación. Con su desprendimiento, su prudencia y su perseverancia nos enseñan las virtudes que debemos poseer para el seguimiento de Nuestro Señor.

Ciertamente tenemos también la historia de Herodes. Este episodio evita que caigamos en una visión del cristianismo dulzona, en que todo es alegría y bombones. La matanza de los Inocentes nos advierte que ser cristiano conlleva el rechazo del Mundo, las persecuciones y en no pocas ocasiones la muerte, no sólo en los primeros siglos, sino incluso hoy. Aunque en México nos tomemos a broma el 28 de diciembre al reírnos de las “inocentes palomitas”, dar testimonio de Cristo será un riesgo hasta que se establezca la Jerusalén Celestial.

La huida a Egipto nos resalta la obediencia inmediata de san José. No pone objeciones ni se dilata en su tarea de proteger a la Virgen y al Niño Jesús. Este episodio nos recuerda también el drama de los exiliados y de los migrantes que tienen que huir a tierras extrañas para sobrevivir las persecuciones. Nos muestra además la prudencia de san José al regresar, tras varios años, con sigilo a Nazaret. Y nos cuestiona: ¿en qué medida damos acogida a los migrantes en vez de expresarles nuestro rechazo por considerarlos extranjeros?

La presentación del Niño en el templo nos enseña la importancia de cumplir con las prescripciones de la Ley. Nos enseña además que Jesús desde un primer momento cumple con su misión de redención, al ser ofrecido al Padre para nuestro rescate. Y nos muestra el rol corredentor de la Virgen cuyo corazón desde ese momento es traspasado por una espada.

El episodio del Niño Perdido nos enseña que somos del Padre, no de nuestros padres. Nos enseña que los padres no somos dueños sino meros guardianes de nuestros hijos. Nos enseña que Jesús es Dios desde muy pequeño, desde siempre, pues no de otra manera podría sorprender con su sabiduría a los sacerdotes y escribas en el Templo.

El rol de la Virgen se revela prominente desde la misma Anunciación. En su breve encuentro con el arcángel Gabriel hay, como en las mejores historias, tremendo suspenso. Dice san Bernardo de Claraval que todos los coros angélicos esperaban ansiosos, con gran expectación, la respuesta libre y afirmativa de la Virgen, su fiat, a la invitación divina de convertirse en la madre del Salvador. Sin ella, todo hubiera sido distinto. Y si la Virgen tarda en dar respuesta, ocurre así por su humildad: no comprende porque ella, tan pequeña, es la elegida.

Algo similar le ocurre a san José. Considera dejar a la Virgen en secreto porque no se considera digno de ser guardián suyo y de su Señor. No sino por la intervención del arcángel que acepta la encomienda. Esta historia nos enseña así que, si bien no somos dignos de los favores divinos, es gracias a los favores divinos que podemos salir adelante en la vida y alcanzar la salvación.

Mientras se decide san José, tiene lugar la Visitación. Una vez concibiendo al del Rey de reyes, la Virgen no se quedó recostada para que los ángeles la sirvieran. Más bien se puso “de prisa” en marcha, no escuchando los dimes y diretes por su embarazo, y se fue a servir a su prima Isabel, quien la reconoció “bendita entre las mujeres”, tras su hijo san Juan, el Bautista, ser santificado por Jesús.

La Llena de Gracia, la Bendita entre las Mujeres, nos informa de la Inmaculada cuyo calcañar, y el de su progenie, aplastará la cabeza de la serpiente según anunció la profecía del Génesis.

Tenemos por supuesto la historia de Zacarías, padre del Bautista. Él sí dudó y por ello el arcángel lo castigó dejándolo mudo hasta el nacimiento de san Juan. Creo que este episodio tiene una pizca de humor, porque lo que pudo ser tragedia, se resuelve de la mejor manera.

Y entre otras historias, tenemos la de san Juan Bautista, que es una continuación del Adviento, de la espera que hacemos para la Natividad de Jesús. El Bautista siguió esperando al Mesías hasta que se le acercó para recibir el bautismo y se le manifestó como Hijo del Padre, al presentarlo Éste como su Hijo amado en quien tenía sus complacencias.

Recordemos, pues, los relatos navideños para nuestro crecimiento espiritual en esta temporada de Adviento y Navidad.

por Arturo Zárate Ruiz

Arturo Zárate Ruiz (México)
Arturo Zárate Ruiz es periodista desde 1974. Recibió el Premio Nacional de Periodismo en 1984. Es doctor en Artes de la Comunicación por la Universidad de Wisconsin, 1992. Desde 1993 es investigador en El Colegio de la Frontera Norte y estudia la cultura fronteriza y las controversias binacionales. Son muy diversas sus publicaciones.