Reflexión homilética 18 de febrero de 2018
El pasado miércoles recibimos con humildad la ceniza mientras el sacerdote repetía “conviértanse y crean”.
Hoy es el primer domingo de cuaresma y muchas veces en el hemisferio sur nos preguntamos: ¿En pleno calor para nosotros, se puede hacer penitencia y convertirse?
¿Es que puedo hacer penitencia en verano?
Mientras tus ojos admiran la belleza y profundidad del mar azul y tu rostro siente la brisa que te relaja, sí puedes hacer penitencia:
Primero en tu corazón contrito pidiendo a Dios tu purificación.
Después en las cosas sencillas de la vida diaria:
¿Zancudos?, ¿calor?, ¿una persona que te molesta o te cae mal?
¿Los niños que no te dejan tranquilo?, ¿la Santa Misa que no es a la hora que te gusta?
¿El gas que se acabó?, ¿con dolor de cabeza?, ¿aburrido?
En vez de renegar ofrécelo a Dios.
Busca tus tiempos de oración.
Medita el Evangelio del domingo o del día.
Pasa con paz en el atardecer, las cuentas del rosario.
Haz un servicio a alguna persona que te necesita.
¡Bendita cuaresma en la playa!
Y ahora vamos a las lecturas.
- Génesis
Nos habla del pacto que hace Dios con la humanidad después del diluvio:
“Hago un pacto con vosotros y vuestros descendientes… Esta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las edades:
Pondré mi arco en el cielo como señal de mi pacto con la tierra”.
Dios ofrece su alianza a todos y promete su misericordia para siempre.
Pero será bueno que reflexionemos si quien destruye la tierra, y aún la misma humanidad, no es el hombre de hoy.
- Salmo 24
Nos presenta esta misericordia del Señor:
“Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza… Enséñame tus caminos… Recuerda que tu ternura y tu misericordia son eternas… El Señor es bueno y recto, enseña el camino a los pecadores”.
- San Pedro
El apóstol nos habla del bautismo simbolizado en la salvación del diluvio universal.
“Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal sino el impetrar de Dios una conciencia pura por la resurrección de Jesucristo”.
Hemos de pensar que el bautismo es cosa seria. Por él empieza la vida y con ella nos unimos a Dios para siempre.
Por eso decimos que imprime carácter porque es vida y vida divina. Dios nos la da para siempre.
- Verso aleluyático
Nos habla del pan: para el cuerpo el pan de cada día, para el alma la Palabra de Dios y la Eucaristía.
¿Qué tal te alimentas?
¿O tu alma está siempre en dieta rigurosa?
¿Lees la Biblia?
¿Vas a la Santa Misa y comulgas?
- Evangelio
Marcos es muy breve al anunciarnos el ayuno de Jesús en el desierto.
“Cuarenta días” indica que se trata de un tiempo suficiente para empezar la vida pública de Jesús en la intimidad con el Padre.
El diablo andaba alrededor “como león buscando a quien devorar” pero ciego y sin olfato. No sabía que tentaba a quien no podía pecar.
Más aún, aquel hombre venía a destruir su imperio de tinieblas.
Por otra parte, aunque tan breve, San Marcos nos deja en este primer domingo de cuaresma el lema que nos invita a vivir siempre, pero de una manera especial en estos cuarenta días que preceden a la Pascua de resurrección:
“Conviértanse y crean”. ¿Por qué?
Porque ha llegado Jesucristo que es la personificación del Reino.
Amigos, aprovechemos este tiempo para crecer y prepararnos a gozar el tiempo de Jesús que será nuestra victoria:
¡La resurrección!
José Ignacio Alemany Grau, obispo