La inmoralidad debe combatirse desde la autoridad. La mayor muestra de inmoralidad en el mundo occidental, es, hoy, el aborto, esa matanza silenciada y silenciosa de niños en el seno materno. Cuando la inmoralidad no se frena desde la autoridad, sino que, además, se impulsa, ¿es extraño que puedan surgir monstruos que ponen en peligro la vida de ciudadanos corrientes? Últimamente, nos horrorizamos con la muerte a tiros (El Paso. Texas. 3 de agosto) de 22 personas corrientes en un supermercado y 26 heridos. ¿Cuándo nos daremos cuenta de que acciones de ese tipo pueden ser consecuencia de la cultura antivida? La cultura antivida o cultura de la muerte, es inmoral, diabólica, y se ensaña con los más débiles e indefensos. Además, “el aborto es una de las causa del déficit de Natalidad en España” (E. Hertfelder.IPF)
El exorcista más famoso de la historia, el Padre Amorth, recientemente fallecido, dijo que “el aborto los carga el diablo”. Con otras palabras dijo lo mismo Sor Lucía de Fátima, y el ex satanista Zachary King afirma que “la máxima ofrenda a Satanás es matar a alguien; que mates a un no nacido es su máximo objetivo”. Sobre los sucesos de El Paso, el Arzobispo de Filadelfia, Monseñor Chaput, expresó que “la cultura del último medio siglo fabrica «corazones retorcidos», y que «cuando el lugar más peligroso del país es el vientre de la madre y el niño no nacido puede ver aplastada su cabeza en un aborto… el lenguaje corporal de ese mensaje es que la vida no es sagrada y tal vez no valga mucho«.
Por Josefa Romo