Home > Análisis > Categoría pendiente > Un presidente, una universidad, un escándalo

Un presidente, una universidad, un escándalo

Image El pasado 17 de mayo, la Universidad Católica de Notre Dame decidió conferir un doctorado honoris causa al Presidente de los Estados Unidos, Barack Hussein Obama. ste título honorario causó una espectacular polémica. La razón es una gran frontera ideológica: el aborto.

El pasado 17 de mayo, la Universidad Católica de Notre Dame decidió conferir un doctorado honoris causa al Presidente de los Estados Unidos, Barack Hussein Obama. ste título honorario causó una espectacular polémica. La razón es una gran frontera ideológica: el aborto.

En realidad el tema del aborto no es un tema solamente religioso. Esto está confirmado por el Presidente Emérito de la Pontificia Academia para la Vida, Monseñor Elio Segreccia, quien expone el hecho de que los temas sobre los que el mundo católico intenta dar su contribución son temas no difundidos como preceptos religiosos, son temas que tienen que ver con los derechos fundamentales del hombre como el derecho a la vida y su respeto, con la unidad del matrimonio y la familia.

El hecho de que sean los católicos quienes los defienden, no hacen que estén menos cargados de valor humano o que la defensa de los católicos tenga una racionalidad menor.

Veamos resumidamente los antecedentes de la Universidad Católica Notre Dame y de su Presidente.

Fue fundada en 1842 por el reverendo Edward Sorin de la Congregación de la Santa Cruz. Es una universidad nacional independiente en Notre Dame, Ind., a 90 millas de Chicago. La misión de la universidad, según sus estatutos, alentar una forma de vida en consonancia con la vida cristiana manifestada en la oración, la liturgia y el servicio.

El carácter de la comunidad católica presupone que ninguna investigación genuina por la verdad en el orden humano o en el orden cósmico es ajena a la vida de fe.

Busca las dimensiones religiosas de todo conocimiento humano y adicionalmente, la formación de una comunidad auténticamente humana en gracia por el Espíritu de Cristo.

El sacerdote John I. Jenkins es actualmente el 17º Presidente de esta universidad, desde julio, 2005. Actualmente el padre Jenkins es miembro de la junta de “Millenium Promise”, una organización anti-pobreza que apoya la distribución de condones y el establecimiento de servicios de aborto legal, principalmente en comunidades africanas pobres en Uganda.

El Rev. Jenkins declaró acerca de la invitación al Presidente: “Estamos complacidos de que el Presidente Obama continúe la tradición en Notre Dame al hablar de temas significativos […] Vamos a honrar al Sr. Obama como un líder inspirador que encara muchos retos… Es especialmente significativo que lo oigamos de nuestro primer presidente afro-americano. Por supuesto que esto no significa que apoyemos todas sus posturas. La invitación al Presidente Obama para ser nuestro orador en la inauguración de cursos no debe ser tomada como condonación o promoción de sus posturas en temas específicos en relación con la protección de la vida humana, incluyendo el aborto y la investigación de células embrionarias…”.

Los acontecimientos en la universidad en cuestión nos llevan a preguntarnos por qué las protestas y el revuelo. En el corto tiempo que el Presidente estadounidense lleva las riendas suprimió la “Mexico City Policy” (Política de la Ciudad de México) y forzó a los contribuyentes a financiar a grupos extranjeros para promover y efectuar abortos en otras naciones.

Restauró los fondos por 50 millones de dólares a la United Nations Population Fund, UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas). Esta organización se dedica únicamente a la promoción del aborto y ha sido comprobado que trabaja cercanamente con oficiales para el control de la población en China, quienes han impuesto el aborto forzado y esterilizaciones involuntarias en mujeres y hombres a quienes violen la regla de ‘un-solo-hijo’.

Nombró a la conocida feminista radical Melanne Verveer como Embajadora Plenipotenciaria de Asuntos Mundiales de la Mujer. El Presidente Obama además ha trabajado para suprimir la protección a trabajadores de la salud, forzándolos a colaborar en abortos a riesgo de perder sus puestos de trabajo.

Nombró a la Sra. Kathleen Sebellius como jefa del Departamento de Salud y Servicios Humanos; ella y el conocido George Tiller han trabajado juntos a favor del aborto hasta los últimos meses previo a su nacimiento (ó late term abortion). Ha dedicado fondos federales a la investigación de células embrionarias (ó embrionic stem cell research) a expensas de seres humanos indefensos. Esto con respecto a acciones nacionales.

En el ámbito internacional dentro de la ONU, ha promovido un lenguaje anti-familia y “se encamina hacia un ataque global contra el no-nacido” (Cf. Austin Ruse (Activista católico pro-familia norteamericano, Abril 2009), esto, cambiando algunos documentos en las Naciones Unidas e introduciendo un lenguaje de “derechos reproductivos” y “salud reproductiva” en los tratados. Todo esto, mediante órdenes ejecutivas a los contribuyentes.

He aquí la raíz del escándalo en la Universidad de Notre Dame. Las protestas fueron múltiples; la organización “Cardinal Newman Society” recabó la cantidad de 360,000 firmas oponiéndose a la visita del Sr. Obama a la Universidad. También se sumaron a la protesta 50 obispos norteamericanos y finalmente la Sra. Mary Ann Glendon, una de las intelectuales católicas de mayor prestigio mundial, rechazó el galardón que la Universidad de Notre Dame le había concedido en protesta por el doctorado honoris causa que este centro de estudios conferiría al Presidente Obama.

Glendon rechazó la llamada “Laetare Medal” que le sería impuesta en la misma ceremonia a la que fue invitado el Presidente de E. U. A.

Ella mencionó el “Mandato de Obispos” 2004 sobre los “Católicos en la Vida Política” que indica que “las instituciones católicas no deben honrar a aquéllos que actúan en desafío a nuestros principios morales fundamentales”;… “a tales personas no se les deberían conceder premios, honores o plataformas que pudieran sugerir un apoyo a sus acciones” –y continúo- “es debido a esto que he llegado a la conclusión de que no puedo aceptar la Laetare Medal ni participar en la ceremonia del 17 de mayo, 09”.

El Presidente Obama, por su parte, habló de encontrar un “common ground” (ó campo en común), “reconociendo que nuestros destinos están unidos, como el Dr. King dijo: en un solo lazo de destino”.

Más adelante se refirió a que el debate sobre el aborto no debe desaparecer ya que el tema es complejo y aún contradictorio. El hecho es -continuó- que “los dos puntos de vista son irreconciliables. Cada uno va a dar a conocer sus argumentos al público con pasión y convicción. Pero por supuesto que podemos hacerlo sin reducir a aquellos con diferentes puntos de vista a una caricatura”.

Este discurso provocó una profunda división estudiantil; algunos gritaron: “Yes, we can” (sí podemos), pero muchos otros portaban sobre su gorro la imagen de una Cruz y a los lados dos pequeños pies, simulando los de un pequeño bebé.

Un profesor que escuchó el discurso, opinaba que el discurso merecía una “A” de calificación, sin embargo sólo fue un discurso, porque sería distinto si el Presidente actuara conforme a lo dicho esforzándose por encontrar un “common ground” escuchando los puntos de vista de la gente, pero él es solamente un político de Chicago con la mira de establecer una agenda para cambiar el sistema social norteamericano.

El profesor y muchos norteamericanos opinan que no es este cambio el que necesita Estados Unidos. El discurso fue en su mayor parte referido a sí mismo y a su futuro como Presidente y no a los estudiantes y su futuro. Fue un discurso de campaña tratando de ganar adeptos a sus propios puntos de vista.

En el Vaticano, del 1 al 5 de mayo se reunió la Plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales sobre el tema: “La Doctrina Social Católica y los Derechos Humanos”.

Algunos de los expositores, además de su Presidenta, la Sra. Mary Ann Glendon, fueron el Premio Nobel Joseph Stiglitz, el arzobispo francés Roland Minnerath y el sacerdote belga Michael Schooyans. Este último dedicó la segunda parte de su ponencia a analizar el “mesianismo” de Obama y Blair que a su juicio es devastador no sólo en el campo de los derechos humanos sino también en el campo religioso.

“Barack Obama reintroduce el derecho a discriminar, a poner de lado a algunos seres humanos. Con él, el derecho de cada individuo humano a la vida y a la libertad no se reconoce más, ni mucho menos se protege. El Presidente Obama contesta, en consecuencia, la argumentación que ha sido invocada por sus mismos hermanos de raza en el momento en que reivindicaban, con justicia, que fuese reconocido el derecho de todos a la misma dignidad, a la igualdad y a la libertad. En su variante prenatal, el racismo ha sido restaurado en los Estados Unidos”.

El escándalo en Notre Dame es una cuestión de vida o muerte. El Presidente de E.U. utiliza su puesto para seguir una agenda unilateral sin compromiso tanto con respecto al aborto como a los derechos de la conciencia. En la opinión estadounidense se habla de que él no trata de destruir a sus enemigos sino de conquistarlos usando un lenguaje conciliatorio, contrario a sus acciones. En palabras del Rev. Michael Schooyans: “El nuevo Presidente arrastra así el derecho en un proceso de regresión que altera la calidad democrática de la sociedad que lo ha elegido…”.

Preveamos como País soberano el peso de las decisiones del poderoso País vecino ya que no será sorpresivo que en breve dentro de la ONU, el aborto sea presentado como un “nuevo derecho humano”, lo que en consecuencia traerá la inclusión de otros “nuevos derechos” subjetivos como la eutanasia, la homosexualidad, la droga, etc.

En este escándalo se puso en duda y como ejemplo negativo de la actuación de una Universidad Católica de prestigio. Preparémonos para lo que vendrá después y las repercusiones