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La capilla Rosslyn

Once kilómetros al sur de Edimburgo -capital de Escocia- en el condado de Midlothian, se localiza Rosslyn, una pequeña aldea que recibe su nombre de una capilla, invadida por misterios y leyendas ancestrales, que allí se localiza desde hace unos 600 años. Se trata de la capilla Rosslyn, edificada por sir William St. Claire y fundada por él mismo en 1446.

La aldea Rosslyn encuentra sus orígenes en la necesidad de albergar al gran número de obreros, artesanos, cantereros, herreros, carpinteros y artistas que trabajaron en las obras de edificación a lo largo de cuarenta años, como lo demuestra un dibujo hecho por uno de ellos que todavía se conserva en uno de los muros de la cripta subterránea de la capilla.

Originalmente llamada Colegiata de San Mateo, la capilla fue ideada por Sir William como un centro de espiritualidad, para, como él mismo afirmó, “asegurarse un lugar en el cielo”; pero también, según refieren algunas leyendas, para resguardar manuscritos que la Orden del Temple encontrara en el Templo de Jerusalén entre los años 1118 y 1128, y que los caballeros Templarios llevaron a Escocia tras la disolución de su Orden por el papa Clemente V mediante la bula Vox in excelso del 22 de marzo de 1312, y luego de la ejecución en París, el 12 de mayo de 1310, de su Gran Maestre Jacques de Molay, quemado vivo en la hoguera junto con otros 53 Templarios por órdenes del rey de Francia Felipe IV.

La capilla es solamente una parte del proyecto original de St. Claire -como lo demuestran las excavaciones realizadas en el siglo XIX que dejaron al descubierto cimientos que se extienden 30 metros más allá del extremo occidental de la capilla- pues tras su muerte, ocurrida en 1484, las obras llegaron a su fin.

Sir William St. Clair fue Príncipe de las islas escocesas Arcaibh, Patriarca del clan St. Clair y uno de los hombres más poderosos de Escocia en el siglo XV, y es por su gran simpatía hacia la Orden del Temple, y por su protección a los Templarios que huyeron a Escocia, que se han tejido las leyendas que aseguran que la capilla Rosslyn se edificó para resguardar secretos ancestrales de la Orden del Temple y que quieren ver varios mensajes ocultos esculpidos en las tallas de cantera que profusa y exquisitamente adornan la capilla al interior.

La imágenes de cantera, fuera de toda fantasía, ubicadas en orden secuencial son: El diablo y los amantes, los que huyen de él hacia un ángel situado frente a ellos; La crucifixión, con una escalera que sugiere el descendimiento; El Cordero de Dios, en referencia a Cristo y símbolo de protección templaria a los peregrinos; Ángel con cruz dentada, elemento del escudo del clan St. Claire; Caballero con perro, esculpido en una losa en memoria de Sir Alexander Sutherland, suegro de Sir William; Columna de cantero, situada a la derecha del presbiterio; Baile de la muerte, que simboliza el fin la vida; Ángel con gaita, que celebra la Natividad de Jesús; El ángel caído, que presenta a Lucifer atado y de cabeza; El Nacimiento de Cristo, tallado con forma de estrella de Belén de ocho puntas con la Virgen María, san José y el Niño Jesús rodeados por los tres Reyes magos y tres pastores; Hombre verde, que simboliza a Adán que florece luego de la redención de la humanidad; Columna del aprendiz, situada al lado izquierdo del presbiterio; Maíz indio, endémico de Norteamérica; Las siete obras de misericordia, labradas en un dintel; Los siete pecados capitales, representados en otro dintel; El velo de la Verónica, con el Rostro de Cristo; Aloe Vera, planta de la India; William el decoroso, el Caballero que escoltó a la reina Margarita hasta Escocia para su matrimonio con el rey Malcolm Canmore en 1070; La Clave, que cuelga del techo mediante unas manos que sujetan el escudo con la cruz dentada del clan St. Clair; William el Fundador, en memoria de Sir William; y el Trillium, planta exótica de Norteamérica.

A partir de las tallas del Maíz indio y de las hojas del Trillium, otra leyenda asegura que en el año 1400, el príncipe Henry St. Claire, con el apoyo financiero de los Caballeros Templarios, armó una flota de 12 navíos que los hizo llegar a América, leyenda que se mantiene viva a pesar de que numerosos historiadores la refutan.

Sin leyendas, aquí dejo planteada esta pregunta: ¿Para qué acudió la reina Victoria de Inglaterra a esta capilla en 1842 y a qué acudieron allí también la reina Isabel II y su esposo el duque de Edimburgo…?

Por Roberto O’Farrill

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