Dejar para crecer
Las podas duelen. El alma está acostumbrada a un modo de vivir, se apoya en “seguridades” que tranquilizan, en afectos que alegran el corazón. Tema dar pasos hacia lo desconocido y no controlado. De repente, un corte por lo sano. El teléfono cayó al suelo y perdimos los datos de tantos
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